Hace 10 años Daniela Barrera Pacheco viajó a Suecia para asistir al matrimonio de su prima, viaje que sin duda le cambió la vida. Y es que en aquellas vacaciones conoció a su gran amor, quien se convertiría en su marido y en el padre de su pequeña hija Matilda. Pese a que están radicados en Estocolmo, hoy se encuentran viviendo el periodo de postnatal en La Serena.
Sobre cómo se inició la relación, la joven cuenta que durante su estadía de tres meses en el país nórdico, comenzó a salir con Stefan, uno de los mejores amigos de su primo. “Al devolverme a Chile pensé que se quedaría en un bonito recuerdo, pero él decidió viajar a verme y al año siguiente me invitó a conocer a su familia”, relata.
Luego de un año de idas y venidas, decidieron apostar por un camino juntos. Daniela tramitó su visa de residencia temporal y dejó atrás su vida en la capital regional para mudarse a Suecia, donde convalidó su título universitario de Administración de Negocios Internacionales. Como hablaba inglés, al cabo de unos meses ingresó a trabajar en una agencia de promociones.
Al respecto, señala que apenas surge la idea de dejar Chile, su intención era ejercer su profesión. “Mi objetivo era estudiar algo que me permitiera viajar y conocer otras culturas. Por eso trabajé en tres lugares al mismo tiempo para ahorrar lo suficiente para irme y estar por lo menos seis meses resguardada”, detalla.
Proceso de adaptación
Si bien son varias las circunstancias que motivan a una persona a emigrar de su tierra natal, Daniela Barrera confiesa que su gran motor fue el amor, además de las ganas de conocer otra cultura. En este punto explica que la relación con Stefan ha sido muy diferente, aprendiendo constantemente el uno del otro.
“Cada uno paga lo suyo y tiene sus tiempos. No hay ningún tipo de control, no existe eso de pedir permiso para hacer algo. Eso fue lo que me conquistó mucho de él, tener una relación con alguien que te respeta y te apoya sin ninguna culpa. Es una relación de pareja sana, de la cual no tenía tantos referentes”, cuenta.
Al rememorar los años vividos en Estocolmo, admite que “han sido duros”. “En primer lugar debes acostumbrarte a una cultura e idioma diferente y a hacerte la idea de dejar atrás a tus seres queridos. Cuando ya te adaptas y armas tu vida en otro lado, llega el momento de decir adiós a lo que tenías en Chile”, argumenta.
Polos opuestos
Al ser consultada por la principal diferencia cultural entre Chile y Suecia, asegura que lo que más le ha llamado la atención es la manera de ser de los nórdicos. “Son súper organizados y respetuosos de los tiempos de las personas. También respetan mucho el espacio personal, la forma de saludar es diferente, lo que a veces se toma como si fueran distantes”, comenta.
Por otra parte, uno de los aspectos que más valora es la distribución de las tareas de la casa. “Cuando mi mamá nos vino a ver por primera vez, se asombró de que mi marido se ocupara de las labores del hogar, como cocinar, lavar, planchar, entre otras. Las labores se dividen y estoy súper acostumbrada a ese sistema”, afirma.
Bajo este contexto, señala que “en Chile podemos decir que somos mucho más cálidos y que es más fácil hacer amigos, pero no hay respeto por la otra persona”.
Paraíso único
Para Daniela la playa de La Serena es única y asegura ser la más bella que ha conocido. “De la región de Coquimbo extraño el sol, la playa y la rica gastronomía, pero por sobre todo echo de menos a mi familia, especialmente a mi mamá, aunque igual tenemos el privilegio de que viene seguido a vernos”, señala.
Sobre la posibilidad de volver a la región, aclara que pese a que durante mucho tiempo organizó su vida pensando en un posible retorno, el nacimiento de su hija lo cambió todo. “Yo creo que no vuelvo, porque en Suecia la relación entre vida familiar y trabajo es muy buena. Me gusta mucho ese equilibrio”. 6001i
Recomendaciones para viajeros
La principal recomendación de Daniela Barrera para quienes deseen emprender la misma aventura, es averiguar, informarse y realizar los trámites necesarios. “En definitiva les aconsejo que hagan las cosas bien, con los papeles en regla. Quizás eso significa un proceso más largo, pero es mejor. Ojalá puedan irse con estudios y hablando inglés”, comenta.