CANADA

Paramédica intentó salvar a víctima de accidente sin saber que era su hija: "Mi peor pesadilla"

Al llegar, la mujer se dio cuenta de que era la misma a quien atendió anteriormente. La víctima, de 17 años, murió 3 días después.
viernes 25 de noviembre de 2022

Una trágica y fatal coincidencia enluta a Canadá, luego de que una paramédica pasara más de 20 minutos intentando salvar a una joven en un accidente, quien resultó ser su hija, y murió más tarde sin que su madre la pudiera reconocer.

“Mi peor pesadilla como paramédica se ha hecho realidad”, escribió Jayme Erickson en sus redes sociales. La mujer que no logró salvar a la joven de 17 años, en la zona rural de Airdrie, Alberta, en el país norteamericano.

De acuerdo a lo informado por el Washington Post, la triste coincidencia ocurrió el pasado 15 de noviembre. En la oportunidad, Jayme Erickson y sus compañeros fueron alertados por un accidente que involucró a un automóvil con dos pasajeros y una camioneta.

Al llegar al sitio, la paramédica se encargó de contener e intentar salvar, por cerca de 20 minutos, a una chica que iba de copiloto mientras era rescatada, sin saber que se trataba de su hija. Resulta que las heridas eran de tal gravedad, que dejaron su rostro irreconocible.

Así, la adolescente fue trasladada por una ambulancia aérea al Centro Médico Foothills de Calgary, mientras Erickson regresó a casa al final de su turno.

A poco de llegar a su hogar, Jayme Erickson, la paramédica, recibió una visita de la policía, quienes le informaron que su hija Montana estaba grave en el hospital tras sufrir un accidente en su vehículo.

“Al entrar en la habitación, para su horror, encontró a la niña con la que se había sentado en la parte trasera del vehículo accidentado, manteniéndola viva… sin saberlo, estaba manteniendo con vida a su propia hija”, dijo el paramédico Richard Reed en una conferencia de prensa.

Montana, la hija de la paramédica, murió el 18 de noviembre, tres días después del accidente, luego de que los médicos le dijeran a Erickson que las lesiones de Montana “no eran compatibles con la vida”.

“El dolor que siento no se parece a ningún dolor que haya sentido, es indescriptible”, escribió la paramédica en sus redes sociales, luego de la muerte de su hija. “La paciente gravemente herida que acababa de atender, era de mi propia carne y sangre. Mi única hija. Mi mini-yo”.