Víctimas de Cox preparan histórica demanda civil contra la iglesia

Pese a que ya se han dictado sentencias reparatorias por abusos sexuales cometidos por integrantes del clero, esta sería la primera en contra de alguien que tuvo tal nivel jerárquico. Los denunciantes, Hernán Godoy, Edison Gallardo y Abel Soto, además, ponen el acento en la “lentitud” con la que se lleva a cabo el proceso penal, puesto que, aunque el acusado falleció en agosto del año pasado el juez Christian Le-Cerf decidió no sobreseer la causa.

Todavía quedan varios capítulos por escribirse en el caso Cox. Pese a que tras su fallecimiento el miércoles 12 de agosto del 2020 se pensó que la historia terminaba y la investigación por los abusos sexuales cometidos por el ex arzobispo de La Serena se daría por cerrada, desde el Poder Judicial decidieron que continuarían con el proceso hasta llegar a una resolución.

Apenas el ex religioso murió, su abogado defensor, Cristian Urquieta, solicitó el sobreseimiento definitivo, sin embargo, el ministro Christian Le-Cerf, rechazó la solicitud, algo que, según manifestó el penalista en ese momento era, a lo menos “poco usual”, ya que con la muerte del acusado debía extinguirse la responsabilidad penal.

Quienes sí vieron con optimismo esta determinación de la justicia fueron las víctimas, Hernán Godoy, Edison Gallardo y Abel Soto. Para ellos, se estaba dando una buena señal en el sentido de que, pese a que el autor de los delitos sexuales no estuviese presente en vida, y “muriera en la impunidad”, podrían alcanzar una sentencia y establecer “una verdad histórica”, aunque no pudiese ejecutarse ningún tipo de condena.

En ese momento se llenaron de esperanza, ya que tantos años de lucha, tanto dolor, tantos recuerdos que habrían preferido mantener en el olvido, pero que tuvieron que traer a la palestra en pos de la verdad, “no serían en vano”.

Sin embargo, han pasado los meses y no han tenido ninguna noticia respecto al avance (o no avance) de la investigación, y a estas alturas, la incertidumbre los invade. Si bien sienten que, evidentemente, si el magistrado decidió no dar por cerrada la causa “es por algo”, también aseguran que “no se ha actuado con la premura” que esperaban y a estas alturas las expectativas que tenían han ido bajando, aunque no pierden la esperanza, debido a que lo que más quieren es que Cox sea condenado, y “quede establecido que fue un abusador de niños”, precisa Hernán Godoy, primer denunciante del ex arzobispo en la justicia ordinaria.

Acciones paralelas

Los tres querellantes tienen claro que, en cuanto a lo penal, sólo pueden esperar. No obstante, con la asesoría de sus abogados, las víctimas han decidido iniciar un proceso paralelo que tiene que ver con la reparación civil.

Algo de lo que existen precedentes en el país, y ellos también esperan tener éxito, “no por una cuestión de dinero, por una cosa de sentir que están reconociendo que se te hizo un daño”, sostuvo Godoy. Edison Gallardo, otro de los querellantes, explica que la demanda está bastante avanzada, y, de hecho, se reunieron con los abogados durante la semana para analizar el tema.

Lo que no se han definido son los montos que se pedirán, ya que eso depende de distintas variables.

“De partida, falta, primero, antes de la demanda, una reunión con ellos, los representantes de la Iglesia, para ver si están con la disposición de reparar el mal causado. Vamos a conversar, porque queremos ver si están dispuestos a realizar no sólo un acto de fe, sino que también un acto de justicia, para intentar en parte devolvernos la dignidad que nos quitaron”, expresó Gallardo.

De no existir esta disposición, dice la víctima, se concretaría la demanda, aunque no existen plazos fijados todavía, debido a que la pandemia ha obligado a suspender varios encuentros claves.

Edison Afirma que la demanda no sólo iría dirigida hacia la Iglesia, como arzobispado en sí, sino que también contra la congregación que mantuvo protegido a Francisco José Cox. “Aquí Schoenstatt no se puede lavar las manos. Nosotros vamos contra todos los que en su minuto encubrieron y tienen responsabilidad o tuvieron la posibilidad de hacer algo, pero no lo hicieron, y que tangan claro que no nos conformaremos con migajas, y no por el dinero, sino por justicia”, enfatizó.

Precedentes y esperanza

Haciendo un parangón respecto a otros casos en los que la Iglesia ha tenido que indemnizar a las víctimas, como lo que tiene que ver con Karadima, es Hernán Godoy quien sale al paso y manifiesta que, en su caso, están incluso en mejor pie para comenzar porque, de hecho, pese a que la justicia ordinaria no ha resuelto ni dictado sentencia, la propia Iglesia Católica sancionó a Cox por sus actos, expulsándolo del clero, lo que es un antecedente muy importante.

“Sería muy contradictorio que los mismos que reconocieron que él (Cox) cometió estos delitos, estos abusos, se nieguen a una reparación. Sería insensible, porque a nosotros esta persona nos arruinó la vida y recién ahora de adultos, con mucha ayuda, y después de haber pasado por mil cosas, hemos podido ir intentado sanar de a poco, pero ese dolor siempre lo vamos a cargar”, enfatizó Hernán Godoy.

Con los pies en la tierra

Tal vez el menos impetuoso respecto a la acción civil es la tercera víctima de Cox, Abel Soto, quien sufrió los abusos de Cox cuando se encontraba en Chillán y el ex arzobispo ejercía labores eclesiásticas en ese lugar.

De manera cauta, expresa que todavía no puede hablar de aquello, porque no existe nada concreto, y que, por lo pronto, está al pendiente del proceso penal.

“Lo otro está en manos de los abogados. A mí lo que me preocupa es la lentitud con la que ha actuado el Ministro Le-Cerf, me resulta impresentable que en dos años no se sepa nada, y que no den información. Creo que los únicos que se ven beneficiados con esta falta de premura es la Iglesia Católica, porque los responsables, los testigos, e incluso algunas víctimas se van muriendo y sin justicia”, refirió Abel Soto.

¿Contra quién?

Los querellantes sindican a la Iglesia –como diócesis- y a la congregación de Schoenstatt como quienes debiesen ejercer la reparación, pero todavía no hay certezas respecto a qué entidad irá dirigida la eventual demanda.

Consultados, desde el arzobispado señalaron que no se referirían al tema ya que hasta el minuto no han recibido ninguna notificación formal, en ese caso, sí darían todas las declaraciones que se requieran.

Por su parte, Patrick Moore, vocero del Instituto de Padres de Schoenstatt, al ser contactado por Diario El Día, señaló no conocer ningún antecedente de la eventual demanda. “A nosotros no nos ha llegado nada, y sería bastante difícil opinar algo sin ver la demanda, y no sabemos a quiénes estaría dirigida, no sabemos nada al respecto. Ahora, por lo que yo sé, todo lo que cometió Cox, lo hizo cuando era obispo o arzobispo, y es diferente porque ahí estaría fuera de nuestra comunidad, sino que, de la Diócesis, es complicado porque si esto hubiese ocurrido cuando él era padre de Schoenstatt, toda la responsabilidad sería nuestra, pero, insisto hay que ver qué sucede”, expresó Moore.

Para el padre Manuel Hervia, quien actualmente se desempeña como capellán de la Posta Central en la Región Metropolitana, no existen alternativas, y tal como lo dijo en su oportunidad, “aquí la reparación debe ser a nivel de diócesis como de congregación, y debería nacer de ellos”, sostuvo el religioso, quien guarda una larga historia en relación a Cox y sus abusos en La Serena. Claro, cabe señalar que el cura Hervia fue el primero en denunciar a Francisco José Cox, cuando lo vio teniendo con un joven al interior del Arzobispado.

Tras este episodio, fue “silenciado por las altas cúpulas de la iglesia”, y, de hecho, terminaron denunciándolo a él por presuntos abusos, lo que más tarde se desestimó. “Creo que esta historia debe cerrarse, y nunca va a ser posible si no hay sentencias, reconocimiento, y desde luego reparación. Esto ha llegado para algunos, pero no para todos, y las víctimas de Cox, todavía no la tienen. No basta con que lo hayan expulsado de la Iglesia”, concluyó el padre Manuel.

La investigación penal

Más allá de las acciones civiles, éstas son sólo una parte de la justicia que buscan los afectados, y no la fundamental, según declaran las mismas víctimas, ya que “nada tendría sentido si Cox no es sentenciado”, señala Hernán Godoy, refiriéndose a la causa penal, la que, insiste, “avanza demasiado lento”.

Consultados en el Poder Judicial, se informó que “la causa seguida respecto a José Francisco Cox, quien prestó declaración indagatoria antes de fallecer, se encuentra vigente en estado de sumario con diligencias de investigación por realizar, las que, en atención a la pandemia, se han visto entorpecidas pues se trata principalmente de interrogatorios presenciales a testigos que forman parte de los grupos de riesgo”, precisaron por escrito, en relación a uno de los caminos por los que Hernán Godoy, Edison Gallardo y Abel Soto, buscan reparar tantos años de dolor. La vía civil paralela, por lo pronto, se está poniendo en marcha