"Vuelvo a tener esta sensación de abandono"

"La misma sensación de abandono….": El testimonio de víctima de portonazo en Coquimbo

Carolina Rozas fue asaltada por un grupo de cinco adolescentes el fin de semana en Coquimbo. En entrevista con El Día, entregó su testimonio, ante el temor de que el delito que sufrió quede impune como ya le ocurrió en el pasado y, de paso, llama a las autoridades a tomar medidas.
miércoles 01 de marzo de 2023

El día sábado Carolina Rozas salía de su casa rumbo al trabajo cuando sufrió un violento asalto por parte de un grupo de adolescentes, y el ingrato proceso que ha vivido desde entonces la hace sentir nuevamente vulnerable y “abandonada” por las instituciones. No es el primer portonazo que ha enfrentado la madre y emprendedora del sector de La Herradura, quien ya vivió un hecho de similares características hace cinco años en Santiago, en un caso que “quedó en nada” en la justicia y que teme, se vuelva a repetir.

En esa oportunidad, la niña que la amenazó con un arma para que bajara de su vehículo tenía solo 12 años y el resto de la banda no recibió sanciones. “Estuvieron menos tiempo que yo en la comisaría”, indica Carolina.

Sin imaginarse que le volvería a suceder, la emprendedora entrega su testimonio y advierte que teme que el final de la historia se vuelva a repetir, por lo que llama a las autoridades a tomar cartas en el asunto.

“Es segunda vez que paso por esto y vuelvo a tener la sensación de abandono de la justicia. Yo dije, ‘esta cuestión no se va a quedar así y empecé a hacer ruido donde he podido’”, comenta la mujer,  que de manera voluntaria ha decidido contar su experiencia a los medios de comunicación para visibilizar un drama que, como ella, enfrentan decenas de personas a diario.

Retomando el caso de Coquimbo, eran las 9:55 de la mañana del sábado cuando Carolina sacó el auto de su casa y cerró la reja, divisando a un grupo de adolescentes que se trasladaban de oriente a poniente, caminando por Avenida Las Flores, rumbo a la carretera en el sector de La Herradura.

“Estaban como a 50 metros de mi auto y tuve como mala espina, porque claramente no eran de mi sector y andaban con capuchón puesto...y frío no hacía”, relata la mujer. Y en un lapso de 10 segundos en que pensó qué hacer para no dejar su casa mientras el grupo se acercaba, pasó lo peor.

“Yo llevaba el vidrio del piloto abajo, me abrieron la puerta, me insultaron, hubo muchos gritos. Me resistí y grité pensando que quizás podrían desistir con todo el escándalo, pero no. Saqué la llave, la tiré al piso y uno de ellos me amenaza con un arma automática. Yo dejé de gritar y resistirme y me toman del pelo y el brazo y me sacan del auto. Fue muy violento, eran cinco o seis niños gritando fuerte, muy intimidante”, sostiene.

Los asaltantes huyeron en su vehículo y protagonizaron una persecución policial por la Ruta 5 hasta El Panul, donde fueron frenados por Carabineros. Como resultado, se detuvo a cinco implicados, cuatro de ellos entre 14 y 16 años de edad y un quinto de 12, que fue dejado en libertad por ser inimputable.

Tras ser formalizados, se decretó la medida cautelar de vigilancia y prohibición de acercase a la víctima para los otros involucrados, reviviendo así los temores de Carolina, que sin ser informada por Fiscalía, leyó de la libertad de los adolescentes en Diario El Día y luego, con los datos de su causa, pudo comprobar que “no habían antecedentes suficientes” para decretar una medida cautelar distinta.

Cansada, la mujer llama a tomar medidas ante la delincuencia y a intervenir para sacar a los menores de edad de hechos delictivos.

“Todo el mundo me dice ‘no digas que son niños, di que son delincuentes’ pero no puedo, me cuesta, me choca verlo de esa manera. Yo sé que viven una vida terrible, quizás sus papás...no sé, no quiero juzgar a nadie, pero algo hay que hacer. Los niños necesitan ser intervenidos, sus familias, su entorno, su población”, sostiene la víctima.

Por otro lado, llama a no dejar los hechos impunes. “No puede ser que estos cabros se vayan a su casa como si nada y yo me haya enterado por la prensa, porque me enteré el lunes en la mañana leyendo el diario y ellos salieron el domingo. Es segunda vez que paso por esto”, reiteró.

APOYO, CONTENCIÓN Y PÉRDIDAS IRREPARABLES

Carolina ahonda en los daños y las pérdidas que se generaron con el delito. En primer lugar, “no se logró recuperar ni el 10% del dinero en efectivo que tenía”, sin embargo, hay consecuencias aún más dolorosas. Una vez recuperado su auto, notó que ya no estaba la foto de su hijo cuando era pequeño y tampoco el CD de música que su mejor amiga, quien perdió la vida en dramáticas circunstancias, le había dejado, y que solo hace dos meses se había atrevido a volver a escuchar, por el dolor que le generaba.

“Son cosas pequeñas, pero eso me dolió muchísimo y no hay quien se haga responsable. El auto lo puedo recuperar, pero quién me devuelve eso, el CD de mi amiga, la foto de mis niños cuando eran chicos, nadie”, recalca Rozas.

20 minutos antes de esta entrevista, Carolina fue contactada por la Unidad de Atención a Víctimas de la Fiscalía, que a través de una psicóloga intervendrá con contención emocional. Un logro que, recalca, solo pudo obtener “una vez que empecé a hacer ruido, porque si no, nadie hace nada”.