TRAS INVESTIGACIÓN EN COLEGIO DE LA SERENA

El mapa de los abusos de la Iglesia en la Región de Coquimbo

La “Red de Sobrevivientes” ha recopilado las denuncias que involucran a religiosos, de las que se registran 16 en la zona. El fundador de la ONG sostiene que harán una próxima actualización, donde se duplican los casos al incorporar a víctimas del Sename.
viernes 17 de marzo de 2023

Dos casos de abuso sexual investiga la Fiscalía en torno a un sacerdote de la congregación Barnabita, al interior del Colegio Seminario Concilliar de La Serena, hechos recogidos en una reciente publicación de El Día, que informó sobre la tramitación de una nueva querella en el caso que se difundió a través de redes sociales en 2019.

Un nuevo caso de abusos sexuales contra menores de edad vinculado a la Iglesia Católica, que ha puesto en tela de juicio la protección de los niños, niñas y adolescentes que, muchas veces por temor, no alertan sobre dichas situaciones a su entorno. Es más, según informaciones recabadas por este medio, en su momento el caso de la capital regional llegó a detectar cinco víctimas, tres de las cuales decidieron no seguir adelante con el proceso.

Historias como éstas son conocidas por la “Red de Sobrevivientes”, una organización que agrupa a personas que han sido afectadas por este tipo de delitos, y han debido seguir un proceso angustiante y doloroso en su camino a la justicia.

Desde hace años, decidieron generar un “mapa del abuso”, en el que es posible navegar por más de 300 denuncias en Chile, sobre abusos cometidos por religiosos, de los que decidimos recoger el catastro a nivel local.

 

“Este mapa es la única fuente pública a la cual puede acceder la sociedad chilena y desde el extranjero si se desea consultar por un denunciado. La Fiscalía de Chile y la propia Iglesia dejaron de publicar cifras y bajaron de la internet los nombres de los denunciados e investigados, incluso de los condenados”, se puede leer en parte del texto debajo del mapa.

En la plataforma (redsobrevivientes.org), se registran 16 casos denunciados, en investigación y algunos con condena en la Región de Coquimbo, 10 en la Provincia de Elqui, 5 en Choapa y 1 en la Provincia de Limarí.

Entre estos, figura el caso del sacerdote Daniel Dinamarca, correspondiente al caso del Colegio Seminario Conciliar, y algunos de los casos más emblemáticos de la zona, como lo son el de Francisco José Cox, que suma cuatro víctimas en el país y cuyo caso está siendo investigado por la justicia aún luego de su muerte en 2020.

Asimismo, se menciona a Bernardino Piñera –también fallecido en 2020- denunciado primero como encubridor de Cox, y luego como autor de un abuso sexual cometido hace más de 50 años, según informó el mismo Vaticano.

En el listado se encuentra además el caso de tres religiosas de la orden de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús, denunciadas por abuso sexual y torturas contra tres menores de edad en centros de protección de la región, en La Serena, Coquimbo y Vicuña.

Y entre los condenados se menciona a Nibaldo Escalante Trigo, con dos víctimas, una sentencia y la prohibición de ejercer misas en público; y Luciano Antonio de la Barra, también por abuso sexual contra un menor de 14 años.

También, figuran dos casos de abusos sexuales a personas adultas en situación de vulnerabilidad por parte del sacerdote Jorge Marín Pérez en 2018.

Al final de la presentación del mapa, se advierte que “este material está incompleto” y se consigna que “sólo entre el 4 y 6% de estos delitos se denuncia”.

 

Sobre lo anterior, conversamos con Eneas Espinoza, uno de los fundadores de la Red de Sobrevivientes, que nació desde las víctimas del Caso Maristas, en el que a la fecha, las investigaciones de la Fiscalía han logrado detectar la existencia de 28 afectados por delitos sexuales cometidos por 17 miembros de dicha congregación entre los años 1970 y 2004.

Espinoza sostiene que están trabajando en una nueva actualización del mapa de abusos, ya que la actual es de diciembre de 2020. Sin embargo, ha sido un trabajo arduo, en el que, adelanta, se incluirán casos cometidos en residencias de Sename, ampliando a víctimas de entornos eclesiásticos y  a entornos institucionales. ¿Por qué? Así lo explica:

“Descubrimos y confirmamos que el 40% de las empresas que lucran con Sename están vinculadas a la Iglesia Católica. En algunas hay una congregación y en otras aparece un grupo de laicos, en una especie de fundación u organización de beneficencia, que si empiezas a rascar su pintura, detrás está la Iglesia”, sostiene.

Actualmente son 360 los casos reportados en la Red de Sobrevivientes en todo el país y Espinoza advierte que podrían duplicarse en la próxima actualización. A modo de ejemplo, en el caso de la congregación de los Barnabitas, a la que pertenece el sacerdote de La Serena, se registran 7 casos en Chile, que aumentan con las nuevas cifras a 20.

 

Eneas Espinoza comenta que una de las funciones de la Red es la denuncia, pero también están concentrados en impulsar cambios para que la situación de abusos acabe. En ese sentido, primero recuerda las palabras que el mismo papa Francisco pronunció tras su visita a Chile, en cuanto a la sistematización del abuso sexual en la Iglesia.

“Primero, es importante que hablemos de la Iglesia Católica y no nos quedemos con la idea de que es un colegio, una congregación o un caso aislado”, dijo.

En la misma línea, analiza las “herramientas” que se ocupan para frenar las denuncias como uno de los principales factores que han prolongado los abusos.

“Primero te intentan convencer de que estás atacando a la institución o a la fe, incluso. Luego, se mezclan muchas cosas, como la presencia católica en la familia y la idea de que la persona abusadora es una persona de respeto y querida en su entorno. No son extraños, no es que aparece un tipo de la nada y te agrede, siempre son personas que se vinculan mucho con la familia. Conocemos infinidad de casos donde los abusadores, además de estar cerca de colegios, visitan a la víctima en su casa, lo van a ver cuando está enfermo”, indica.

Estas situaciones, las describe como “relaciones de poder, difíciles de romper” para una víctima que, una vez que hace la denuncia, se enfrenta a “aprietes” en esferas de poder muy superiores. “Piensa en todos los que salieron a defender a Karadima o a Cox en su momento,  y que siguen defendiéndolos”, indica.

Para la Red de Sobrevivientes, la clave está en crear una instancia de “verdad, justicia y reparación” por parte del Estado, que sea completamente independiente de la Iglesia y que sirva como puerta para recibir denuncias y atender a las víctimas, que dicho sea de paso, deben enfrentar un largo proceso de secuelas, muchas veces desconocido.

Este tipo de instancias, indica, han generado verdaderos cambios en otros países, como Australia, Irlanda, Canadá y Nueva Zelanda.