Asaltante y conductor comparecen ante tribunales

Regalan celular y se van de fiesta: Los pasos de imputados por asesinato de Luis Carreño

Los sujetos –de 19 años de edad- enfrentan cargos como autores del delito de robo con homicidio, uno de los ilícitos con penas más altas contempladas en la ley. Ayer, comparecieron ante el Juzgado de Garantía de La Serena, que decretó el ingreso de ambos a prisión preventiva.
miércoles 08 de marzo de 2023

La Fiscalía formalizó este martes a dos sujetos imputados por el crimen de Luis Carreño, gasfíter de 38 años que fue atacado con un puñal a la salida de un departamento del sector Puerta del Mar, en La Serena, donde realizaba tareas de mantenimiento a equipos domésticos.

Se trata de Felipe Mancilla y Sebastián Olivares, ambos de 19 años de edad, cuyos rostros fueron protegidos por el Juzgado de Garantía de La Serena, que impidió su divulgación.

El primero es quien atacó a Carreño con un arma de caza mientras lo asaltaba para robarle su teléfono celular. En tanto, el segundo es quien tomó el control del vehículo en el que el grupo –compuesto por cuatro personas en total- se trasladaba en busca de una víctima y a bordo del que posteriormente huyeron al sector de Las Compañías.

El crimen, que ha impactado a los habitantes de uno de los principales sectores residenciales de la capital regional, se configuró una vez que la víctima falleció mientras era atendida por personal médico en el Hospital de La Serena.

De los antecedentes vertidos en la audiencia, en la que El Día estuvo presente, así como de las declaraciones de imputados y testigos, entregadas por la Fiscalía y la defensa, se logró dilucidar la dinámica completa del caso, que continúa su curso con investigaciones para –eventualmente- perseguir responsabilidades de otros de los involucrados (ver recuadro).

De esta forma, se estableció que Felipe Mancilla planeaba juntarse “a carretear” con un grupo de amigos, a quienes pasó a buscar a bordo de su vehículo, un Volkswagen. Pero antes de ir al punto fijado, el mirador de La Antena, decidió pasar a robar un celular a algún transeúnte del sector Puerta del Mar, con el objetivo de dárselo a su polola, una joven residente de uno de los condominios Mistral de Las Compañías, cuyo teléfono se había roto semanas antes.

De esta forma, se dirigió a dicho barrio con sus tres amigos al interior del vehículo, momentos en los que le pidió al segundo imputado, Sebastián Olivares, que tomara el control del vehículo. Así, transitaron en busca de una víctima, hasta que encontraron a Carreño hablando por teléfono y se detuvieron en un pasaje cercano.

Luis Carreño estaba saliendo del condominio Carpi, en calle Cruz del Molino, luego de haber reparado un calefont a una pareja residente de dicho edificio. Había contactado a su esposa por videollamada, a quien señaló que se encontraba esperando un Uber para irse a casa. En ese momento, Mancilla irrumpió y le pidió que entregara el teléfono, a lo que la víctima se negó.

De la declaración del mismo imputado, leída por su defensor, se extrae que el trabajador respondió al asalto con un golpe y ambos cayeron al piso. En ese momento, Mancilla tomó el puñal y comenzó a dar estocadas al hombre, las que lo alcanzaron en la cabeza y la zona torácica.

Aún con la videollamada encendida y el cuerpo de la víctima en el piso, el imputado corrió hasta el lugar donde se encontraba el vehículo con sus amigos y ante los gritos de preocupación de la esposa, dijo por el micrófono “ya le quitamos el celular”; cortó la llamada, formateó el teléfono, le sacó el chip y guardó el arma en su mochila.

Sin hacer mayores preguntas, Olivares y el resto de los amigos continuaron en el vehículo, y transitaron en dirección a la vivienda de la novia del primer imputado, registro que fue captado en su totalidad por cámaras de seguridad en la vía pública y otras de edificios residenciales en el camino. Una vez en Las Compañías, Mancilla le entregó el celular de Luis a su polola, sin decirle de dónde lo había obtenido y luego se dirigieron en grupo hasta el sector de La Antena, donde compartieron tragos en el mirador hasta pasadas las 3 de la madrugada.

El atacante fue detenido al día siguiente cerca de las 14:00 horas. Fue captado en las afueras de su domicilio en avenida Cisternas por los detectives de la PDI, que llegaron con una orden de entrada y registro a su casa. El imputado reconoció los hechos y dentro de la vivienda la policía encontró el arma homicida.

Sebastián Olivares, en tanto, quien actuó como conductor en la búsqueda de la víctima y la posterior huida, fue aprehendido por la noche ese mismo día y ambos imputados comparecieron ante el Juzgado de Garantía pasado el mediodía de este martes.

La Fiscalía formalizó estos hechos como un “robo con homicidio”, debido a que la sustracción de la especie fue el móvil del crimen, y estableció con ello a ambos sujetos como autores, con la agravante de haber actuado en grupo o pandilla.

POR “UN MISERABLE CELULAR”

La Fiscalía recalcó que se trata de uno de los delitos con mayor pena asignada en la ley. El castigo parte en presidio mayor en su grado máximo y puede llegar a presidio perpetuo calificado, aunque con la atenuante que ambos imputados tienen –la irreprochable conducta anterior- la pena baja en un grado, alcanzando el presidio perpetuo simple como máximo posible. Dicha pena implica una condena de por vida en la cárcel, con la posibilidad de solicitar beneficios, como la libertad condicional, recién cumpliendo 20 años tras las rejas y sin la posibilidad cierta de que sea otorgado.

En vista de este antecedente, el fiscal Carlos Vidal pidió la prisión preventiva para ambos sujetos. Esto fue debatido por la defensa, que alegó que no se cumplían los requisitos para establecer una coautoría en el crimen, sino que “solo y quizás en un acuerdo para el delito de robo”, no así para darle muerte a la víctima.

“El dolo no se puede extender al homicidio”, indicó el defensor.

Sin embargo, el juez acogió los argumentos de la Fiscalía y decretó la cautelar de privación de libertad para ambos jóvenes. En su fallo, el magistrado Carlos Jorquera recalcó que “en el actuar de los imputados se evidencia un absoluto desprecio por la vida humana, ya que están dispuestos, para hacerse de un miserable teléfono celular, a acabar con la vida de otra persona”.

Eso, sumado a la alta pena que considera el delito de robo con homicidio, hizo establecer al juez que “la libertad de ambos imputados resulta ser peligrosa para la seguridad de la sociedad”.

Ambos sujetos fueron enviados a la cárcel de Huachalalume y se fijó un plazo de 100 días para la investigación de los hechos.

EL CRIMEN QUE AGOTÓ LA PACIENCIA DE PUERTA DEL MAR

El crimen de Luis Carreño indignó a vecinos de Puerta del Mar, que durante meses han alertado la escasa presencia policial, en contraste con un aumento de la delincuencia y la violencia. En menos de dos años ya se habían registrado dos homicidios anteriores, relacionados a riñas por el consumo de drogas y alcohol. Este caso, sin embargo, generó aún más preocupación, por las características del mismo y el temor de que algo similar le pueda ocurrir a otro vecino.

“Es terrible, me parece que la desproporción del actuar de este asesino es llamativamente preocupante, ¿por robar un teléfono quitarle la vida a alguien? (Luis) era una persona que venía caminando sola, con el teléfono en la mano (…) hay un actuar terrible y un crecimiento bastante complejo de la violencia”, indicó este lunes a El Día el presidente de la Junta de Vecinos de Puerta del Mar, Edward Conley.

Cabe señalar que tras el crimen, el domingo surgió una reunión espontánea entre residentes del sector junto a autoridades de Carabineros y la Municipalidad de La Serena, con el fin de buscar soluciones a la inseguridad que vive el sector. En dicha oportunidad, se comprometió mayor comunicación y rondas por el lugar, fijándose además una nueva reunión entre dirigentes vecinales y dichas entidades para el día de mañana.