“sujeto del overol azul”

Caso Melissa: las dudas y certezas en torno a vecino que abandonó su casa el día del crimen

Es un hombre de entre 20 y 30 años, sin antecedentes policiales y que, según ha declarado la PDI, no ha sido vinculado al crimen con evidencias. Sin embargo, los defensores han insistido en que las diligencias no fueron exhaustivas y en el juicio siguen explorando la posibilidad de que haya entrado.
sábado 29 de abril de 2023

En la última audiencia de la semana por “Caso Melissa”, la Fiscalía siguió reconstruyendo ante el Tribunal de La Serena el día del crimen de la niña de 12 años en Villa Talinay, Coquimbo.

Recordemos que la víctima fue hallada muerta en su habitación, donde se reportó un incendio. Sin embargo, pocas horas después se confirmó la participación de terceros en su deceso y se estableció, con la investigación del Ministerio Público, que la autora habría sido su propia madre.

Según el ente persecutor, la mujer era además cómplice de delitos sexuales cometidos por su pareja contra la pequeña, a quien habría dado muerte con diversas puñaladas, para luego intentar eliminar las evidencias con un siniestro.

Dicha tesis ha sido fuertemente debatida por la defensa de la mujer, que ha intentado demostrar al tribunal la posibilidad -poco indagada por Fiscalía a juicio del abogado de la acusada- de que un tercero haya podido entrar a la casa el día de los hechos y, por consiguiente, sea el asesino.

En la línea establecida por el Ministerio Público han declarado varios testigos, entre ellos vecinos del grupo familiar y también funcionarios de la PDI que entraron al sitio del suceso a recoger las evidencias del caso.

Ayer, en el sexto día de audiencias, la jornada comenzó con la declaración del subprefecto Guillermo Concha, quien respondió al interrogatorio de las partes a puertas cerradas, pues el tribunal determinó restringir el acceso a la prensa y al público, debido a que se mostraron imágenes sensibles del crimen.

La comparecencia fue larga, la más extensa en lo que va del juicio, y tomó toda la mañana, con un receso por medio incluido. 
Una vez finalizada, cerca de las 13:00 horas, el fiscal regional, Adrián Vega, entregó detalles de lo ocurrido en sala.

“Él hizo, además de saber todo lo que se levantó en el sitio del suceso, el examen externo del cuerpo de la ‘niña M’. Entonces hubo que exhibir bastante evidencia fotográfica, muy dolorosa -por eso salió el público- que tomó tiempo y un receso intermedio, por lo cansador del trabajo y el tipo de imágenes”, explicó.

Sobre el contenido, agregó que “no puedo ser tan específico, pero en principio sostienen la teoría de caso de la Fiscalía: que esto fue un ataque al interior de la familia, artero y con las consecuencias que todos conocen, la muerte de la ‘niña M’ y el intento de ocultamiento de lo que sucedió por parte de la mamá”.

De vuelta, se continuó con el segundo testigo del día, Lucila González, otra funcionaria de la PDI. La comisario fue parte del equipo de la Brigada de Homicidios que llegó a realizar las diligencias instruidas por la Fiscalía. En específico, ella fue la encargada de levantar evidencias desde la casa pareada a la de la familia, donde residía el “sujeto del overol azul”, que fue mencionado por vecinos y que aún ronda los cuestionamientos de los abogados defensores.

Para refrescar la memoria, se debe recordar quién es y por qué su figura ha sido tan importante.

Se trata de Miguel Ángel Muñoz, un sujeto de entre 20 y 30 años de edad, visto por vecinos el día del crimen en un techo, específicamente el techo de una ampliación en el patio trasero de su vivienda, aledaña a la del sitio del suceso. Este hombre vestía un overol azul y tenía una máscara de gases.

Lo curioso en cuanto a su figura, es que el mismo día del crimen, según testigos, se fue de su casa junto a toda su familia y no se les ha vuelto a ver. 

Este dato, es unido por los defensores a otras “dudas” que han planteado sobre la investigación, en particular, la posibilidad de que alguien más entrara, por ejemplo, a través de la puerta trasera de la casa, que a la llegada de vecinos y bomberos se encontraba abierta y, a su costado, una ventana rota.

En particular, el abogado Nicolás Pavez, representante de la acusada, ha indicado que no se siguieron otras líneas investigas a fondo, más allá de la familia, e incluso sostuvo que la evidencia levantada por la PDI no fue del todo agotada.

El fiscal Adrián Vega preguntó por las evidencias encontradas en la casa. La funcionaria señaló, y así consta en la prueba fotográfica, tres manchas pardo rojizas que fueron levantadas, analizadas y enviadas a laboratorio. Ninguna de ellas resultó ser sangre.

En la vivienda se encontró el mencionado overol azul, en el que no se hallaron evidencias que levantar y se llevó completo para enviar al laboratorio. Pero tampoco se encontró nada.

Sobre el techo de la ampliación en el patio trasero se levantaron huellas, que calzan con las zapatillas de Muñoz, pero no hay evidencias de que esas huellas llevaran a la casa de la víctima.

La principal inquietud, recordemos, es el paradero del joven, que jamás fue entrevistado. Según su madre, se había ido antes de que ella llegara a la casa.

La funcionaria de la PDI respondió en cuanto a las gestiones realizadas para localizarlo.

Se ubicó a su familia paterna en Santiago, sin embargo, no fueron colaborativos con la policía, pues el padre del joven tiene antecedentes penales. Se logró hablar con la abuela, quien no dio mayor información.

También se individualizó a la madre de su hijo, quien indicó que hace tiempo no tenía contacto con él. La última vez fue por una demanda por paternidad.

“No pudimos ubicar a la familia”, confirmó la detective.

Pero la defensa siguió explorando en torno a otras dudas, sobre todo en la evidencia levantada. Pavez mostró que existían manchas en las zapatillas encontraras, sobre las que no se tomaron muestras. Además, no se hicieron levantamientos en un hall del segundo piso, que daba a la ventana por la que se llegaba al techo de la ampliación.

Tampoco se tomaron huellas del pomo de la puerta trasera de la casa de la niña, que, recordemos, estaba abierta y a su lado una ventana rota desde afuera hacia adentro, que sigue sin explicación.

Consultado por las dudas y cuestionamientos a la investigación que ha intentado establecer la defensa, el fiscal regional respondió a El Día.

“Eso lo ha adelantado la defensa desde el principio de la investigación y lo sigue sosteniendo. Está en su derecho, pero nosotros estimamos que todo lo que se hizo para descartar las otras hipótesis se hizo bien y suficientemente, atendida la fortaleza de los elementos incriminatorios en los que sostiene la acusación (…). Tendrá que ser el tribunal (el que determine) si aquello que la defensa dice que no se hizo, es suficiente para aportar duda razonable. Es decir, con alto grado de probabilidad de que esas personas puedan ser inocentes y prevalezca la presunción de inocencia. Nosotros creemos poder destruirla”, sostuvo.

El tercero en declarar fue un hombre que el día del crimen transfirió $20.000 a la acusada, dinero que la mujer le había conseguido para ir al dentista. Recordemos que, según ha indicado la madre de la víctima, ella había salido a solucionar un problema dental cuando ocurrió el crimen.

Según se estableció con documentos bancarios, la transferencia se hizo a las 11:21 horas de ese 26 de noviembre de 2020.
Sobre la explicación de la mujer, ha declarado con anterioridad otro testigo citado por la Fiscalía, que es el laboratorista dental al que ella solicitó una cotización. El ente persecutor hizo ver en la audiencia que no fue allí donde se dirigió la acusada, ya que el profesional nunca le entregó su dirección. La defensa, en tanto, plantea que ese día la mujer acudió a otro centro dental, que coincide con el destino de su viaje en Didi.

La audiencia continuará el martes 2 de mayo a las 8:30 horas, con más pruebas de la Fiscalía.