BALANCE DE ÚLTIMO sistema frontal

Lluvias y abundantes reservas de nieve: regantes vuelven a sonreír tras últimas precipitaciones

Hasta con un metro y medio de nieve acumulada en las zonas más altas de la cordillera desde las organizaciones de usuarios del agua observan con mayor optimismo la próxima temporada de riego. Asimismo, destacaron los altos superávits de agua caída que registraron varias localidades.
domingo 17 de julio de 2022

Mucha agua y abundante nieve fue lo que dejó el paso del último sistema frontal por la Región de Coquimbo durante los días jueves, viernes y parte del sábado, el que, a estas alturas, ya es considerado como uno de los temporales más intensos de los últimos años.


En ese escenario, las reservas de nieve se convierten en un aporte valioso para los sistemas hídricos de la región, en donde, junto a las abundantes precipitaciones de agua, permiten observar la temporada de riesgo próxima con algo más de tranquilidad.


Al respecto, José Eugenio González, presidente de la Comunidad de Aguas del Sistema Paloma, explica que si bien se debe seguir siendo cauteloso y evaluar objetivamente lo que se tiene, “de todas maneras nos permite subir por ejemplo, un poquito las dotaciones de agua para riego a partir de lo que uno visualiza de los datos que tenemos. Por el momento eso sí, el embalse Paloma sigue prácticamente igual, puede subir 1 o 2 millones de metros cúbicos, pero el Paloma tiene una capacidad de 750 millones de metros cúbicos”.


En ese sentido afirma, habrá que estar atentos a los deshielos.


“Es muy importante, porque ahí vamos a saber las reservas de agua que tenemos en la cordillera que aparentemente es una cantidad importante. Históricamente los deshielos son los que más aportan al llenado del embalse, pues representa casi el 70% del agua que entra en él”.


Eso sí, advierte, aún falta conocer la densidad de la nieve caída, “pues permite calcular correctamente la cantidad de agua en que podría traducirse”.


En esa línea, la gerenta de la Junta de Vigilancia del Río Elqui y sus Afluentes, Alejandra Marín, señaló que estas precipitaciones permiten tener un pronóstico más optimista para la próxima temporada, “pero proyectarse a más de una temporada es aún incierto”.


En efecto, a su juicio, todo dependerá de lo que pase el resto del invierno y de que se llegue a tener mayor acumulación de nieve. A su parecer además, más que la cantidad de nieve caída, lo realmente importante es tener en cuenta la modificación del clima.
“Lo que no se había producido es que después de 4 años con muy poca nieve se presente un evento de mayor magnitud (respecto a fenómenos pasados). Esa es la diferencia con los años anteriores, la periodicidad con que se producen estas precipitaciones, lo que nos indica que hay un cambio en el patrón climático o que se ha ido perdiendo el patrón que antes nos era conocido”, explica.


“En todo caso”, agregó, “las políticas conservadoras en la entrega de agua por temporada seguirán siendo un sello de la gestión de la Junta de Vigilancia del río Elqui y sus usuarios. Es este trabajo el que permitió que aún antes de estas precipitaciones, continuáramos con un 23% de agua en el embalse Puclaro y un 53% en el embalse La Laguna, pese a la extrema sequía, asegurando agua para la producción de alimentos y para el consumo humano”.


En la provincia más austral de la región en tanto, la situación con la sequía era extremadamente crítica, con cursos de agua y embalses prácticamente secos.


Por eso, para Ricardo Cortés, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Choapa, las últimas lluvias “fueron oxígeno para esta agonía que teníamos con la sequía, pues viene un poco, a paliar este proceso que desde hace 15 años nos venía castigando fuertemente”.


Respecto a algunas cifras, destaca el superávit de lluvias que presentan varias localidades de la zona, superando el 20% respecto a igual fecha de un año normal.


Eso sí, aclara, “veníamos desde una capacidad basal muy baja. Por ejemplo, con un embalse, el Corrales, prácticamente seco y donde tuvimos que hacer uso durante el mes de mayo de las aguas muertas. Pero afortunadamente, por el frente que tuvimos la semana anterior, pudimos recuperar ese volumen embalsado de aguas muertas, que equivale a un total de 1,4 millones de metros cúbicos, y de la cual utilizamos alrededor de 400 mil metros cúbicos. Eso ya está recuperado”, indica.


Bajo ese contexto afirma, ahora recién se puede decir que el embalse Corrales está recuperando agua “útil” para el riego, lo cual equivale aproximadamente a 250 mil metros cúbicos que se han adicionado tras el último evento climático. Eso sí aclara, producto de un derrumbe de material sobre el canal matriz que lleva las aguas del río Choapa al embalse, éste no ha podido recibir toda el agua requerida.


“Además, tampoco ha aumentado mucho el caudal del río, porque en el sector alto nevó bastante. Pero el embalse al menos, hasta ayer (viernes), se estaba cargando con los esteros propios del sector, y estaba entrando 1.600 litros por segundo”, afirmó.