Vidal le puso la guinda a la torta

¡Ceachei...! Sonó más fuerte que nunca en el Estadio Nacional. No podía ser de otra manera, porque las más de 44 mil personas que vistieron de rojo el campo del Julio Martínez, llegaron a celebrar. Obvio, luego de la gran victoria de Chile en el Defensores del Chaco ante Paraguay y por el pobre empate de Bolivia ante Venezuela, no se podía pensar en otra cosa que en una goleada, porque la victoria ya estaba escrita. Es decir, los ingredientes estaban ahí para darle una gran alegría a la fiel hinchada, además para dar otro paso a la clasificación del Mundial de Brasil 2014. Es cierto, no fue un triunfo brillante, de esos que quedan en la historia y lo tuvo todo para hacerlo, pero también sufrió, porque ganar los tres punto costó y mucho, pero en la cancha estaba Arturo Vidal, quien le puso la guinda a la torta en la victoria por 3-1.

Y la gran fiesta de Chile comenzó temprano, cuando el equipo realizaba el trabajo previo, donde aplaudieron a rabiar a sus “regalones y los más aplaudidos fueron el capitán Claudio Bravo, Arturo Vidal, David Pizarro y Alexis Sánchez. Y los festejos brotaban cada vez que los astros de la “Roja” la tocaron y llegaron con peligro hasta el arco del meta Sergio Galarza. Si todo era ataque; llegadas por las orillas, donde Eduardo Vargas mostraba sus progresos logrados en el fútbol brasileño; la calidad de Arturo Vidal y el buen juego de David Pizarro y Marcelo Díaz. Además, que el juego defensivo de los pupilos de Xavier Azkargorta se prestó para eso. Todos metidos casi en su área, dejando toda la cancha para el toque de Chile.

NERVIOS

Y pasaban los primeros minutos y aunque el público aplaudía a rabiar, Chile no atinaba con el gol. Y fueron 15 minutos para morderse las uñas. El nerviosismo cundía porque Chile no tenía un hombre de área que le pusiera el toque final al buen juego de Pizarro, Vidal, Díaz y Vargas. Pero el meta boliviano y los fieros zagueros achicaban los espacios, llegaban a todas los balones y no se podía. Pero los chilenos siguieron machacando sin perder la calma, hasta que apareció Eduardo Vargas para anotar 16’ y dos minutos más tarde, Alexis Sánchez puso el 2-0, luego de una brillante jugada de Vidal.

Con el segundo gol de Chile la gente comenzó a festejar. Se viene la goleada, decían y aplaudían y alentaban a sus “regalones”. Pizarro, quien conducía a la “Roja”, ponía cada pase de gol, Vidal entraba al área con peligro, Alexis se perdía claras ocasiones y Paredes no atinaba. Y pasaban los minutos y la goleada no llegaba. Y, lo que es peor, Moreno Martins anticipa a David Pizarro en mitad de la cancha y se fue rumbo al arco; su marcador personal (Pepe Rojas) no pudo con la marca, no llegó Medel ni Marco González y el meta Claudio Bravo no pudo evitar el lindo gol del único delantero boliviano. El silencio enmudeció el Nacional por unos minutos. Todos se miraban las caras, lo mismo los jugadores y el cuerpo técnico chileno, que no podían creer lo que estaba pasando. Claro, si Bolivia no había llegado, sólo un par de veces con unos tiritos.

DIVOS

Luego del asombro, del grito del público y del técnico Jorge Sampaoli, los jugadores se repusieron y le metieron con todo, pero Bolivia ya no era coser y cantar, como pensaron los 16 millones de chilenos. Además, cosa importante, algunos que habían dicho que nunca hay que mirar en menos al rival, a rato se olvidaron de lo que predicaron. Esto, porque por momentos hubo algunos que quisieron opacar a sus compañeros. Y se notó cuando Alexis Sánchez tomaba el balón y buscó la “personal” y la defensa boliviana no daba espacio para eso.

TRIUNFO

Lo que importa es ganar decían consolándose los hinchas chileno. Es cierto, con los tres puntos se estaba un poco más cerca de la clasificación, además que en casa Chile recibirá a Venezuela y a Ecuador. Es decir, con otra victoria y a comprar los pasajes para festejar en Brasil.
Lo bueno es que en el equipo chileno hay jugadores que tienen jerarquía internacional. Chile atacaba, atacaba y atacaba; lo hacía por las orillas, con paredes, jugadas individuales, la diferencia seguía siendo la misma.

Los chilenos no querían irse del Estadio Nacional con ese gusto a poco. Es decir, faltaba la guinda de la torta y esa llegó casi al filo del partido, cuando Jean Beausejour se mandó un centro preciso para que apareciera él, el mejor jugador de Chile en las dos últimas confrontaciones. Claro, Arturo Vidal fue el encargado de coronar esta pasada con un lindo gol de cabeza. Ahí ya los chilenos dieron rienda suelta a su alegría con el 3-1 que reflejaba en algo lo que había pasado en la cancha, donde la “Roja” siempre fue más. Es cierto, no fue un triunfo brillante, porque para esa categoría debía golear y no lo hizo. Pero sí para reconfortarse porque se dio un paso más al Mundial de Brasil y porque Chile tiene equipo para soñar, con jugadores de jerarquía mundial que ilusionan para cosas mayores en el campeonato de Brasil, porque como juegan no cabe ninguna duda que Venezuela y Ecuador también serán avasallados por la “Roja” de Sampaoli.