Marcelo Lagos: "Entre más tiempo pasa es probable que suceda un gran terremoto en la región"
Dos temblores de 5,6° y 5,5° de magnitud sacudieron hoy, con cinco minutos de diferencia, la Región de Coquimbo. Ambos causaron pánico entre los habitantes de la localidad de Tongoy, principalmente, quienes por precaución evacuaron sus hogares pese a que el SHOA, con los minutos, daba una señal de tranquilidad anunciando que ambos sismos no reunían las condiciones necesarias para generar tsunamis en las costas del país.
Dos movimientos telúricos que llamaron la atención por la cercanía, ocurriendo a las 09:16 y 09:21 horas con epicentros que se localizaron en el mar, a 15 y 24 kilómetros, respectivamente, de la localidad de Tongoy.
¿Es normal, entonces, que hayan sucedido con pocos minutos de diferencia? ¿Tienen algo que ver con el terremoto del año paso? ¿A caso existe un enjambre sísmico? Preguntas que la gente se hizo y que el geógrafo y experto en la materia, Marcelo Lagos, se encargó de responder y de entrada asegurar que “cada día que pasa es más probable que ocurra un evento grande. Los eventos del día de hoy (ayer) son réplicas del terremoto del año pasado y una señal de la gran tensión que hay acumulada en esta zona. Es una señal de que en cualquier minuto podemos tener un terremoto en la zona”.
El académico agregó que “ambos eventos están a escasos 10 kilómetros uno del otro hablando a escala del terremoto que tuvieron el año pasado, y que lo más probable es que un evento haya detonado el otro. Además, estos dos eventos se localizan en el límite norte de la ruptura ocurrida el 16 de septiembre del 2015, en una zona que queda con mucha tensión. Entonces se debe tener en consideración que desde Tongoy hasta el sur se liberó la energía acumulada del 2015, sin embargo, desde Tongoy hacia al norte no ocurre un gran terremoto, yo diría, que desde 1922. Es más. Creo que existe una conexión entre los dos sismos dada la corta distancia y similares características, ya que ambos tienen profundidades cercanas a las 20 kilómetros, ambos con magnitudes parecidas y en el punto de vista de su localización, están separados por muy corta distancia, entonces es probable que el evento 1 detonó el siguiente. Pero es un proceso de acomodamiento de esta zona debido al gran terremoto que ocurrió el 2015”.
Luego, el Doctor en Ciencias Ambientales explicó que no existe enjambre de réplicas, “ya que el enjambre es cuando tienes una concentración de eventos en un lugar específico donde ninguno de los eventos es más importante que el otro. Mientras que acá lo que estamos viviendo es que hace unos meses tuvieron un terremoto de magnitud 8,4° lo que implica que por meses van a estar acompañados de numerosas réplicas. Ahora, estas réplicas son frecuentes y empiezan a disminuir en función del tiempo, no obstante, nadie puede descartar la posibilidad de que diez después del terremoto, cien días después del terremoto o incluso mil días después del terremoto, ocurra una réplica de gran magnitud. El hecho de que pase el tiempo no quiere decir que las réplicas van a disminuir, pues lo que disminuye es la frecuencia”.
En cuanto a la profundidad en cada movimiento telúrico, Lagos indica que influye mucho, “puesto que al ser más superficial es también más sensible para las comunidades cercanas a la zona epicentral. Hay que destacar que la profundidad es concordante con el plano de falla que sufrió la ruptura el 16 de septiembre de 2015. Por lo tanto, todo indica que son réplicas asociadas al gran evento”.
Puede pasar mucho tiempo, incluso años, y seguirán las réplicas en la Región de Coquimbo, pero ¿cuándo deja de ser réplica?
“Deja de ser réplica cuando la personalidad sísmica de este segmento vuelve a un comportamiento similar al que existía antes del terremoto, porque generalmente cada segmento o cada zona tiene una sismicidad característica. Esto debería volver a la normalidad en el transcurso del tiempo donde llegará un minuto, sencillamente, en que volverá al comportamiento que tenía previo al gran evento. Ahora, nadie puede ser categórico y decir que esto durará varios meses o un año. El evento fue importante, pero yo diría que lo más interesante es que hay que poner atención y rescatar que el terremoto del año pasado no ocurrió en La Serena. El terremoto ocurre al sur de La Serena, entonces lo que está pasando hoy es que ustedes están teniendo réplicas importantes en el límite norte de la ruptura del 16 de septiembre del año pasado. Recuerden que los terremotos no son puntos, sino que son áreas que se desplazan y el terremoto del año pasado va más menos desde Tongoy hacia el sur, así que el segmento que no ha tenido terremotos va desde La Serena hacia el norte. ¿Se entiende? Ese es el segmento que hay que poner atención, más allá de las réplicas. Creo que se debe poner el acento en por qué no hemos tenido un terremoto en La Serena”.
Para finalizar, Lagos asegura que “los terremotos no se pueden pronosticar. Lo que sí se sabe es que desde La Serena hacia el norte ocurrió un terremoto en noviembre de 1922 con un tsunami importante, lo que no ha ocurrido acá desde esos años. El terremoto del año pasado fue muy parecido al de Illapel de 1943, que ocurrió al sur de la Bahía de Coquimbo. Por ello, independiente de las réplicas que son esperables para un terremoto de 8,4°, hay que estar alerta. Una zona que no ha tenido un terremoto importante en mucho tiempo quiere decir que puede ocurrir uno en un futuro cercano. Entre más tiempo pasa es más probable que suceda uno y la reflexión que se debe hacer es que si estamos preparados para ello. Lo que sintieron ustedes fueron sólo las ondas sísmicas que llegaron del terremoto que fue al sur de la bahía. Ustedes son parte de la ruptura”.
