Una cruzada contra el manejo irresponsable

Casos como el del atropello de la joven santiaguina Soraya Olivares en Coquimbo, de febrero de este año, son la razón de existir de una organización que busca ayudar a las familias y generar una cultura vial
Una cruzada contra el manejo irresponsable
Una cruzada contra el manejo irresponsable
domingo 13 de octubre de 2013

Detrás de cada víctima hay una historia de vida, muertes que deben hacerse públicas para que se tome conciencia en la conducción, para que se mejore la justicia… No puede ser tan fácil. Él está vivo, está viendo televisión y está comiendo, mientras nosotros perdimos a una hija”. Lo anterior es el extracto de una dolorosa carta escrita por Enrique Olivares, padre de una joven de sólo 25 años que murió atropellada en Coquimbo, el 8 de febrero de 2013. Ella, Soraya Olivares Pizarro, había llegado desde Santiago a vacacionar a la zona, pero terminó falleciendo trágicamente.

Olivares y su otra hija Alejandra hoy forman parte de la Fundación Nace (siglas de No a Conductores Ebrios), que opera en Santiago. Se trata de una organización no gubernamental (ONG), vinculada al tránsito y a la seguridad vial, que busca ayudar a las víctimas y familiares de personas que han sufrido algún accidente relacionado con la conducción irresponsable, producto principalmente de la ingesta de alcohol. Si bien en el caso por la muerte de Soraya, el conductor no había bebido, sí se estableció que tuvo toda la culpa.

A las 17:30 horas de ese fatídico 8 de febrero, su automóvil atropelló a Soraya y a su pololo mientras caminaban por un área verde ubicada a un costado de la carretera, cerca del supermercado Líder de Coquimbo. La joven pareja había llegado recién el día antes desde Maipú a pasar unos días en la zona. El brutal accidente terminó con la vida de esta joven artista visual y dejó con heridas leves a su pololo Daniel Castro.

El suboficial Víctor Carrasco, encargado esa vez del retén Las Encinas, declaró que el atropello lo causó un joven de 21 años identificado como S. V. C., quien conducía un auto Nissan del año 2012 por la Ruta 5 de sur a norte, cuando “pierde el control del móvil y se sube al bandejón donde hay un área verde y atropella a dos personas”.

MARCADA DE POR VIDA
“Nuestra obra es benéfica, surge como un movimiento pro vida, no lucrativo, de amor, supervivencia y esperanza con la necesidad de erradicar la conducción vehicular perjudicada a causa de la ingesta de alcohol y sobre todo entregar ayuda real, gratuita, a las víctimas”, se explica en la página web nace.cl. “Hoy nuestra tarea se ha ampliado, cubriendo a todos aquellos afectados por siniestros de tránsito de todo tipo y también nos hemos visto con la necesidad imperiosa de acercarnos a los sectores que marcan mayor frecuencia y cantidad de accidentes automovilísticos”.

Nace se crea y da sus primeros pasos hace 10 años con forma de movimiento (MCCE – Movimiento Contra Conductores Ebrios), por la necesidad de su fundadora de transmitir a las personas lo imperioso de luchar en contra de los conductores que ingieren alcohol, de informar a las víctimas y prestarles servicios jurídicos básicos.

Danica Kegevic, fundadora de este movimiento y de la actual ONG NACE, fue víctima de un conductor ebrio y lo que la motiva para ayudar a sus pares fue darse cuenta que no hay justicia que realmente las proteja, que estos conductores recobran en muy poco tiempo su licencia de conducir, lo flexible de las leyes y el constante olvido social y psicológico que sufre todo un grupo, ya que aún se entiende por víctima sólo al transgredido físicamente cuando estos accidentes afectan a todo el núcleo afectivo de personas que lo rodea.

La misma Danica Kegevic fue chocada por un hombre que conducía en estado de ebriedad y pasó diez años en recuperación para volver a caminar con normalidad. Actualmente preside la fundación Nace y piensa que la reforma sólo sería positiva si se cumple de forma cabal. “Cualquier fórmula para que la gente pueda tomar conciencia o para que, por último, no estén estos tipos en la calle, es buenísima. El problema es cómo se fiscaliza esto”, manifestó.
“En primer año de arquitectura, dirigiéndome en mi auto, a casa, de noche, tras haber realizado una montonera de maquetas para una presentación que teníamos al día siguiente, un tipo que decidió manejar tras haber ingerido alcohol, me colisionó de frente con su auto, a 140 kilómetros por hora. Yo manejaba a 50, no recuerdo el accidente, absorbí el impacto y voy a llevar toda mi vida cicatrices enormes que me recuerdan ese día”, dice en su página web.
Fue así como Danica decidió crear Nace, fundación que persigue la responsabilidad de los autores de siniestros viales, con principal énfasis en aquellos provocados por conductores ebrios. “Ayudamos gratuitamente a las víctimas”, dijo esta profesional de 33 años, que nunca antes volvió a ver su cuerpo como antes. “Soy un cristal roto, las cicatrices están por todas partes, incluso internamente. Me llevó 10 años recuperarme. Aparentemente me veo como cualquiera, pero llega el verano y saltan mis complejos”. Un día en la playa se le acercó un niño y le preguntó: “¿Por qué tienes esas cosas feas si eres tan linda?” Hace 15 años fue su accidente. Con su fundación, pretende que estas personas que han sufrido como ella sean compensadas, que el delito no quede impune y las leyes defiendan a la víctima.

Enrique Olivares, padre de Soraya, que también es parte de la agrupación “Justicia por Soraya”, pide a través de nuestro medio a todas las víctimas de accidentes de tránsito por muertes e invalidez “que se comuniquen con nuestra fundación (Nace) para darles ayuda, hacer una ficha-relato familiar de cada caso, junto con invitarles a la conmemoración mundial de muertes del tránsito que será en noviembre. Se avisará oportunamente y ya están pedidos los permisos en la Intendencia de Santiago”. 

EL ATROPELLO DE MACARENA
Uno de los casos más emblemáticos fue el del arquero Johnny Herrera, responsable del accidente que terminó con la vida de la joven Macarena Casassus el 2009. Él fue condenado a 41 días de pena remitida y a la suspensión de su licencia de conducir por 2 años. Macarena era hija de Javiera Matamala, la primera periodista mujer en la ciudad de La Serena, que también trabajó en Diario El Día. La infortunada joven estaba constantemente de visita en la Región de Coquimbo. Sobre el caso judicial, declaró que “me da mucha rabia, me dan ganas de decirle a los jueces qué harían ellos si les pasara lo mismo, cuando ellos son tan fríos al sentenciar una causa”.