Los errores que hicieron caer a los "reyes de la banana"

sábado 16 de marzo de 2013

Los pagos de inmuebles en efectivo y las transferencias de elevado monto fueron algunas señales que permitieron detectar el negocio de narcotráfico.

Una gran repercusión mediática tuvo el jueves el arribo a Chile del narcotraficante Arturo Gálmez (68), procedente desde Alemania, donde estuvo 10 años tras las rejas. Ahora el exempresario tiene que cumplir en nuestro país una condena que se dictó en su ausencia por lavado de activos, según se estableció en un proceso realizado en Los Vilos. En tanto, su hermano Patricio ya recibió sentencia condenatoria en el 2007.

Ambos fueron conocidos como los “reyes de la banana”. Supuestamente vivían de las exportaciones de plátanos a Europa por medio de sus empresas Kristel Food Bananeras de Colombia Chile Ltda. y Sociedad Exportadora Kristel Food Ltda. Sin embargo, todo era una fachada para enviar en realidad cargamentos de cocaína a Alemania. Arturo, que también posee la nacionalidad australiana, cayó en el Viejo Continente por tráfico, no sin antes ganar 16 millones de dólares. Su hermano sería detenido en la Región de Coquimbo.

Tanto Arturo como Patricio ocuparon frecuentemente una casa de cambios. Se cambiaban distintos tipos de divisas, entre ellas marcos alemanes y francos suizos. Se estima que aproximadamente se realizaron transacciones por unos dos millones de dólares en efectivo y, además de esas actividades, se realizaban las transferencias para pagos en Ecuador. De acuerdo a los informes de este asunto, conocido como el “caso bananas”, hubo señales que permitieron alertar de lo que pasaba. Entre ellas destacan: Operaciones que no se condicen con la capacidad económica y perfil del cliente; usuario que, sin justificación aparente, comienza a recibir transferencias desde el exterior de elevado monto o con alta periodicidad; transferencias electrónicas, sin aparente razón comercial ni consistencia con los negocios habituales del cliente; pago de inmuebles en efectivo; compra de elevados montos de dinero en moneda extranjera y adquisición de un tipo de divisas con alguna otra moneda extranjera.

Curiosamente, cuando Arturo llegó el jueves al Aeropuerto de Santiago, dijo que era “un exitoso hombre de negocios”, pese a que venía escoltado por policías de Interpol para ser entregado a la justicia chilena.

Alemania lo encontró culpable en una primera instancia de la internación de 400 kilos de cocaína a través del puerto de Rotterdam, Holanda, en junio de 2003. El extraditado incluso fue ligado al grupo terrorista Al Qaeda. Por otro lado, el juicio contra su hermano Patricio Gálmez, además, constituyó el primero desde la entrada en vigencia de los tribunales penales orales en Chile. En aquella ocasión, se le encontró culpable por el lavado de dinero por 2.500 millones de pesos. Se le incautaron numerosos bienes. 01 01