El tofino de corazón que rescata su amado pueblo

El investigador Bernardo Valdivia está detrás del libro “Tofinos en la niebla”, que recoge valiosas historias y fotografías del desaparecido campamento minero de El Tofo entre 1913 y 1974, siendo un gran aporte a la memoria
miércoles 20 de julio de 2016

Bernardo Valdivia Godoy, nacido en El Tofo, vive actualmente en Santiago. De formación profesor de Estado en Matemáticas de la Universidad de La Serena, ha publicado artículos relativos a su disciplina como “Estadística en el aula”, “100 problemas de trigonometría” y “Geometría”. Pero, en forma paralela, irrumpió en la literatura.


Hasta el momento, tiene los libros de poesía “Exhalación de amor”, “Imágenes de atardecer” y “Epigramas”. Y en el año 2013, publicó “El Tofo y los tofinos”, teniendo una gran acogida por parte de la comunidad tofina serenense. Este año, complementando su publicación anterior, se lanzó “Tofinos en la niebla”.
El texto contiene 135 fotografías que retratan la vida cotidiana de la gente de El Tofo en torno al deporte, la escuela, las fiestas y otras actividades en el campamento minero, desde 1913 a 1974. También hay 58 relatos, donde aparecen los clubes, los personajes destacados y populares, las candidatas, fiestas de la primavera, centros de madres, el teatro, la pesca, etc.

CONTEXTO HISTÓRICO. Los primeros indicios sobre la existencia del mineral de hierro en El Tofo datan de 1840, cuando Ignacio Domeyko realizó un estudio sobre algunos minerales de Chile: Oro, plata, cobre y hierro. 


Según el sitio web del Museo Histórico Gabriel González Videla de La Serena, el investigador registró el hallazgo de una especie de arcilla blanca, que abundaba sobre los cerros y posteriores yacimientos de hierro en la Región de Coquimbo.


El complejo minero El Tofo, ubicado al norte de La Serena, contaba con características favorables y adversas para su explotación. La mina se encontraba ubicada en un lugar de difícil acceso, pero las excelentes condiciones del yacimiento invitaban a desafiar las dificultades geográficas, para llevar a cabo la extracción del mineral.


La explotación se remonta al año 1870. Inicialmente sus propietarios fueron Eulogio Cerda y Félix Vicuña. Entre 1908 y 1955 pasó a ser propiedad de capitales franceses.Tiempo después, su eficiencia hizo que la compañía norteamericana The Bethlehem Steel Corporation, arrendara El Tofo por un plazo de 30 años e iniciara su explotación permanente.


Esta iniciativa estuvo acompañada de un proyecto de mejoramiento de las instalaciones del complejo, y en la implementación de tecnología avanzada para la extracción y exportación del hierro. En 1915 se inició la renovación de la infraestructura para la explotación del hierro, que incluyó la incorporación del primer ferrocarril eléctrico de Sudamérica, y la instalación de un dique artificial para el atraque de las embarcaciones.


Estas transformaciones constituyeron para la época todo un proceso de innovación en materia tecnológica, lo que coincidió con las excelentes condiciones de explotación del yacimiento. En las páginas del libro de Bernardo Valdivia, el lector se encontrará con una lectura amena, que invita a consumir su contenido y repasar la historia de El Tofo.


Nos dice al autor: “Los seres humanos llevan en lo más recóndito de su corazón el amor por su tierra natal. Y pasados los años regresan por el camino que un día los vio partir. ¿Cuántos de ustedes quisieran volver a la tierra que los vio nacer? Pero la historia de los campamentos mineros es perecedera, es una realidad que debemos aceptar”.


“Hoy en nuestra tierra sólo quedan las corridas como graderías griegas, la cancha de fútbol amenazada por los desmontes, las losas de cemento asoleadas y unos pocos árboles desolados en la cumbre del cerro. Pero los fragmentos conseguidos del pozo de la memoria a los entrevistados, quedarán guardados para siempre en estas páginas”.

AUTOGESTIÓN. El 30 de abril, el autor lanzó este libro en el Museo Histórico Gabriel González Videla de La Serena. Luego volvió a Santiago. Pero hace unos pocos días, regresó a la capital regional, donde estuvo promocionando este texto autogestionado. Al igual que el primero que publicó sobre el campamento minero, donde vivió su niñez.


“Estuve hasta enero de 1972 en El Tofo. Soy profesor de Matemáticas, pero me gusta la literatura.  A veces me da por las letras, otras por los números. Tengo esa dualidad”, contó. Sobre la inquietud de rescatar la historia de su pueblo, indicó que “siempre ha estado latente. Pero se dio más porque, en una página de Facebook, coloqué unos escritos y me alentaron a seguir”.


También consignó que “viendo en el olvido que estaba lo que fue El Tofo, me dediqué a buscar información en la gente. El primer libro lo lancé en el 2013. Y tuvo muy buena acogida. De hecho, ya no queda. Este segundo libro igual es privado, así que conserva absoluta independencia. No tengo resquemores en decir mis puntos de vista”, con una visión crítica de las grandes empresas mineras.


El actual libro es un testimonio en sí por escrito. “Habla de nosotros, de la gente que vivió allí desde 1913 a 1974”, remarcó. Por ejemplo, dijo que “se habla del que llegó a ser futbolista profesional, seleccionado chileno, Ramiro ‘Bototo’ Cortés, que disputó la primera Copa América en Chile, que se llamaba Sudamericana. Salimos segundos”. También “hay otra gente anónima que acá la destaco”.


Las fotografías que se ocuparon fueron tanto préstamos como imágenes del archivo personal del autor. En total, fueron 2 años de trabajo para que “Tofinos en la niebla” saliera a la luz. Se encuentra disponible en la Librería Universitaria de La Serena, en el Centro de Extensión de la ULS, de calle Colón con Los Carrera. Valdivia ahora prepara la historia de un club de fútbol regional.