Vecinos del puerto denuncian que en una casa se refugian peligrosos pandilleros

El problema ocurre en la Parte Alta de Coquimbo y se arrastra desde hace un año, al punto de que los pobladores aseguran que tienen miedo de circular incluso de día por la calle Bellamar
Vecinos del puerto denuncian que en una casa se refugian peligrosos pandilleros
Vecinos del puerto denuncian que en una casa se refugian peligrosos pandilleros
jueves 03 de enero de 2013

Ya no pueden dormir tranquilos por las noches. Se escuchan disparos con armas hechizas, riñas callejeras y piedras sobre los techos. Pero el colmo de la paciencia llegó en la madrugada de ayer, con un incendio que estuvo a punto de propagarse a otras casas de no ser porque los moradores se dieron cuenta a tiempo y llamaron a Bomberos. 

Se trata de una pesadilla que hace un poco más de un año se vive en la Parte Alta de Coquimbo, en el sector de Ánima. Para ser más específico aún, el origen del problema está en una casa ubicada justo en la intersección de la calle Bellamar con Luis Cruz Martínez. Allí, a cualquier hora del día y en cualquier momento de la semana, según los pobladores se juntan pandilleros que hacen de las suyas, atemorizando a todos.
Diario El Día estuvo ayer en la mañana en ese lugar, en una casa cercana al polémico inmueble, donde se podía ver, a través de una pared en el patio, la acción del fuego causado intencionalmente. “Lo hacen para provocar daño. No les interesa la gente. Saben que están haciendo cosas malas e incluso se burlan”, explicó una fuente que pidió reserva de su identidad.
Los afectados, todos con domicilio en la calle Bellamar, dicen que ya no pueden estar en paz ni siquiera de día. Les da miedo pasar por afuera de la citada casa, porque allí se juntan menores de edad que portan escopetas de fabricación artesanal e intimidan a los peatones. “Ellos se tomaron el sector y ya no sabemos a quién recurrir. Estamos de-
sesperados”, aseguraron. Los antisociales son todos menores de edad “y por eso Carabineros tampoco se los puede llevar detenidos”, contaron.
En la vivienda habita una mujer de 34 años, que perdió a sus padres. Ella tiene dos hijas adolescentes que serían amigas de los pandilleros, que llegarían a beber alcohol y consumir drogas. “Se han juntado hasta más de 20 muchachos en este lugar”, dijo un vecino. 

Buscando soluciones
••• Los temerosos vecinos dicen que ni los colectiveros se atreven a llegar al final de la calle Bellamar. Es por eso que pedirán una audiencia con las autoridades para ser escuchados. Diario El Día trató de hablar con alguien en la casa, pero nadie salió. Igual se escuchaban risas de hombres y mujeres en su interior, que al parecer estaban consumiendo alcohol.