La ruta del oro

Además de tener una amplia tradición religiosa, Andacollo se caracteriza por su origen minero, sector que se ha trabajado incluso antes de la llegada de la Virgen del Rosario, la gran cantidad de relaves alrededor de las calles dan cuenta de su historia.
La ruta del oro
La ruta del oro
viernes 04 de enero de 2013

Humberto Ahumada ofrece la oportunidad de recrear el proceso de recolección y de recuperación del oro en las minas de Andacollo a través del uso de trapiches, una de las formas más antiguas y artesanales.
En el trapiche “El Salitre” se realiza la denominada Ruta del Oro. El recorrido comienza con una presentación de las herramientas que se utilizan en la faena para luego pasar a la zona donde se encuentra el trapiche, molino de piedras formado por grandes ruedas donde a través del mercurio y de láminas de cobre se recupera el oro. Allí Humberto relata y demuestra didácticamente cómo se recupera el oro de las muestras de mineral extraídos de la mina.
Para conocer los pasos previos, Humberto realiza una introducción en la denominada “Mina Virtual”. Sector donde narra a través de fotografías todos los pasos que el pirquinero realiza en la denominada Ruta del Oro. Primero se va caminando hacia la mina, donde luego de tomar un desayuno, se procede a analizar la veta. Si ésta es buena se procede a extraer rocas de mineral que son cargadas en el capacho, mochila de cuero de vaca. La tradición religiosa no está exenta de este proceso, luego de culminar la jornada el pirquinero agradece a San Lorenzo, patrón de los mineros, “si la veta estuvo buena y si nos fue bien siempre hay que agradecer” destacó Ahumada.
Las piedras son depositadas en el trapiche donde son mezcladas con agua y mercurio. Este elemento químico se adhiere a las moléculas de oro, permitiendo al pirquinero extraer el mineral. Ahumada cuenta que cuando la amalgama (mercurio y oro) es más grande y densa se queda al fondo del trapiche, pero si es más fina se adhiere a unas planchas de cobre colocadas en las paredes.
Cuando se recupera la amalgama, se procede a extraer el exceso de mercurio, para luego fundir el producto en unas placas de acero inoxidable que son sometidas a altas temperaturas. El precursor de la Ruta del Oro enfatiza en que “el oro no es brillante siempre va a hacer de un tono opaco… el joyero le da la dureza y el colorido”. Y aquí culmina el recorrido del mineral, pero no de los visitantes, quienes pueden caracterizarse como un auténtico pirquinero y usar un casco, el capacho y la lámpara minera e inmortalizar ese momento posando para una fotografía en la entrada de la “Mina Esperanza”, simulación de un acceso a una faena minera dispuesta especialmente para ser fotografiada. Para hacer más real esta experiencia, Humberto le facilita al turista un lingote de oro para que parezca que la veta descubierta dio buenos frutos.
Luego de todo el recorrido, el visitante recibe un material informativo sobre la historia del oro y de los trapiches y se les da la oportunidad de comprar un souvenir hecho, por supuesto, con minerales extraídos en la zona. Humberto efectúa un balance de la actividad comentando que “le damos una charla básica a los turistas y se van bien conformes de lo que les mostramos acá, al contrario casi no se quieren ir, se quedan horas charlando”. Él orgulloso destaca que “acá nosotros hipnotizamos a la gente” así que, tal como señala Humberto, este es un destino que no se puede perder si viene de visita a Andacollo.

EL TRAPICHE Y SU HISTORIA
••• A principios del siglo XVIII se introdujo en Chile el trapiche, éste constaba de una solera horizontal redonda de piedra de 5 a 6 pies de diámetro, tenía una voladora de piedra circular de 3 pies de diámetro y 15 pulgadas de espesor.
En el siglo XIX el trapiche es perfeccionado, se emplearon dos voladoras en vez de una, se les puso gruesas llantas de acero con las que ahora, con 2 metros de diámetro, pesan más de dos toneladas, las soleras se hacen de hierro fundido y se las rodea de una tina de planchas de acero.