Mujeres en la región de Coquimbo ganan en promedio hasta un 30% menos que los hombres

El ingreso imponible promedio para los hombres llega a $645.181, siendo uno de los más altos del país. Sin embargo, el de las mujeres alcanza sólo a $452.446
Mujeres en la región de Coquimbo ganan en promedio hasta un 30% menos que los hombres
Mujeres en la región de Coquimbo ganan en promedio hasta un 30% menos que los hombres
jueves 03 de octubre de 2013

Según datos de la Superintendencia de Pensiones, al 30 de junio de este año, el ingreso imponible promedio de los hombres de la región llega a $645.181, siendo el quinto más alto si se compara con las otras 15 regiones del país. De hecho, está por sobre el ingreso por este concepto en la Región Metropolitana, donde alcanza $642.938.
Esta es una muy buena noticia, claro está. Sin embargo, si se compara con el ingreso promedio de las mujeres, se presenta una diferencia significativa en las cifras. En este mismo periodo, las mujeres de la zona perciben $452.446, es decir, $192.735 menos, un 30% de diferencia.
Eso se refleja también si la comparación se realiza en cuanto a las actividades económicas. En la agricultura, el ingreso del sexo femenino en la zona llega a $277.017, $105.505 menos que los $382.522 que, por igual concepto, perciben los hombres; en la construcción la diferencia se acrecienta, con $642.161 versus $443.845 de las mujeres ($198.316 más bajo) y en la minería los hombres reciben $1.063.652, mientras que las mujeres llegan sólo a $844.779 ($218.873 menor).
En este sentido, la región pasa a ser una de las que registra mayor brecha entre salarios de hombres y mujeres en el país. Cabe destacar que a nivel nacional ésta llega a un 17% promedio, 611 mil versus $507mil. Así, se infiere además que las mujeres de la región de Coquimbo ganan $54.812 menos que sus pares del resto de Chile.
El seremi de Economía, Gustavo Mallat, reconoce que en la zona existe una tarea pendiente al respecto y que debe ser corregida. “Efectivamente la Región de Coquimbo todavía tiene retos y desafíos en empleabilidad para las mujeres, en más oportunidades de empleo y además que sean con un sueldo equivalente al de los hombres”, indicó.
La autoridad agrega que se debe trabajar ya no sólo para mejorar el acceso de las mujeres al campo laboral, sino que para que comiencen a igualar las remuneraciones masculinas, para poder al menos llegar a una cifra similar al promedio nacional. “Estas cifras nos hacen ver que todavía el sueldo promedio de las mujeres en la zona es medianamente bajo y eso tiene que llevarnos como gobierno regional, como Sence, como Sernam, como Corfo, como Ministerio de Economía a trabajar con fuerza el empleo femenino, mejor remunerado, con mujeres más capacitadas, más empoderadas”.
Se debe comenzar, además, desde las empresas, dice Mallat, a eliminar ciertos prejuicios que existen en este sentido. “Hay que luchar para que, que a pesar del tema de la maternidad y que a cierta edad tienen menos experiencia por haber sido mamás, que se valore más el aporte que pueda significar en materia productiva”. El objetivo, sostiene, es que de aquí a 5 años esa diferencia salarial no llegue más allá de un 15% o un 20%.
Por su parte, la directora regional de Sernam, Francesca Figari, señaló que como entidad han estado trabajando en esta materia. “Las políticas públicas de los diferentes ministerios, sobre todo de Economía, han apuntado sus esfuerzos para diferentes programas, entre ellos el de buenas prácticas laborales, donde se ha buscado generar una conciencia al respecto, porque históricamente y culturalmente la mujer ha sido bastante discriminada en materia laboral”, indicó.
En este sentido, dice que han generado en conjunto con Sence programas para capacitar a la mujer en áreas que son mejor remuneradas “y eso va a permitir que los salarios vayan siendo más equitativos y más justos para quienes cumplen la misma función en una misma compañía, también buscamos generar conciencia al interior de las empresas”, precisó.
Respecto de lo que está sucediendo en la región, Figari dice que hay que analizar las cifras en el contexto de la zona.”Yo lo asocio a que es una región que tiene una multiplicidad de áreas productivas, a diferencia de otras. El tema es que acá la mujer generalmente es contratada en áreas como el comercio y turismo, versus los hombres que trabajan en la minería y la construcción, por lo tanto, es razonable que exista una brecha, porque éstas son áreas que son mucho mejor remuneradas”. Esto se está resolviendo, dice, a través de convenios que se están realizando con gremios como Corminco y la Cámara Chilena de la Construcción.
La clave, señala, está en lograr una mayor capacitación. “Creo que la base es que estamos en un proceso donde estamos rompiendo un paradigma que ha existido de muchos años y que es un país bastante machista. La mujer obviamente tiene una desventaja en virtud de que no ha sido lo suficientemente capacitada ni ha logrado post títulos porque ha destinado mucho tiempo al cuidado del hogar. El hecho que el hombre tenga mayor perfeccionamiento y especialización amplía sus posibilidades de poder obtener una mejor remuneración y ascender dentro de una organización y eso provoca estas desigualdades”, puntualiza.

INGRESO PROMEDIO REGIONAL. En cuanto al ingreso promedio regional, que incluye a hombres y mujeres, las noticias son mucho más alentadoras, puesto que las cifras de la Superintendencia de Pensiones arrojan que la región de Coquimbo es la que presenta el mayor incremento del país en los salarios en los últimos 5 años, con una variación de 35% real.
Un tema a destacar, dice Gustavo Mallat, es que, en el caso de los hombres, es posible observar que en el último año los sueldos superan a los de la Región Metropolitana y eso no había ocurrido desde el 2011. “La Región de Coquimbo ya hace varios semestres, yo diría que hace un par de años, no solamente supera a la Región Metropolitana, sino que también está por encima del promedio nacional, que está en los 610 mil promedio y eso hace 4 años era impensado”, sostiene.
A juicio de Mallat, esto se ha generado principalmente porque en la zona ha habido un cambio importante en la composición del empleo. “Esto tiene que ver fundamentalmente con el peso específico de los sectores productivos. Entre el 2007 y el 2013 la agricultura en la zona pierde participación fuertemente y empiezan a ganar terreno en empleo y peso específico dentro del PIB regional la minería y el sector construcción inmobiliario”, precisa.