El nuevo Chile de Pizzi ante su primer gran desafío después de tocar el cielo
Cuatro meses después de su llegada al banquillo de Chile, Juan Antonio Pizzi tiene en la Copa América Centenario la primera oportunidad de mostrar el sello que quiere imprimir a un equipo consolidado que tocó el cielo el año pasado con su primer título internacional.
La Roja se presentará en Estados Unidos como defensor de la copa obtenida en Chile en 2015, con el cartel de favorito y una plantilla sin grandes cambios.
El rendimiento y el registro del Chile de Pizzi, sin embargo, es todavía una incógnita por la ausencia de antecedentes y el poco tiempo que el hispano-argentino ha tenido para trabajar con sus muchachos.
Los dos partidos de las eliminatorias para el Mundial de Rusia que ha dirigido Pizzi -derrota ante Argentina y triunfo frente a Venezuela- no han dado demasiados indicios de la impronta del seleccionador en el equipo.
Estas últimas semanas ha podido trabajar con el grueso del plantel y ha conocido mejor a los futbolistas, por lo que en Estados Unidos se podría ver una aproximación del Chile que el técnico tiene en mente.
En el aspecto deportivo e institucional, el fútbol chileno ha dado en los últimos meses un giro copernicano tras una exitosa y al mismo tiempo convulsa etapa con Jorge Sampaoli como seleccionador y Sergio Jadue al frente de la federación.
Sampaoli, el técnico más exitoso en la historia del fútbol chileno, dejó la Roja después de una ardua pugna con los nuevos dirigentes de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
El argentino forzó su salida con polémicas declaraciones en las que decía sentirse un "rehén" en Chile y fue investigado por las autoridades, que sospechaban que cobraba el sueldo en una empresa a su nombre instalada en un paraíso fiscal.
Sergio Jadue, en tanto, está involucrado en los graves casos de corrupción en el seno de la Conmebol y será procesado en las próximas semanas por la justicia estadounidense.
Con estos antecedentes, la Copa América Centenario aparece como la puesta en escena de los nuevos representantes del fútbol chileno tras una época de excesos e irregularidades en los despachos que, sin embargo, no calaron en el vestuario.
En el plano futbolístico, Pizzi confía en la columna vertebral que ha sostenido a la selección estos últimos años. Los pilares del equipo son el arquero Claudio Bravo, el zaguero Gary Medel, el volante Arturo Vidal y el ariete Alexis Sánchez.
La principal novedad es la ausencia de Jorge Valdivia, un mediapunta habilidoso con una gran visión de juego por el que Sampaoli sentía una predilección especial.
El talento de Valdivia se ve contrarrestado por su mala condición física y su actuación en el poco competitivo fútbol de Emiratos Árabes, factores que han pesado en la decisión de Pizzi.
El técnico está convencido de que el equipo no lo echará de menos en el centro del campo, donde cuenta con Arturo Vidal, que ha completado una estupenda temporada con el Bayern Múnich, y el recuperado Charles Aránguiz.
El volante del Bayer Leverkusen está llamado a convertirse en uno de los hombres fuertes de Chile después de recuperarse de la rotura del tendón de Aquiles que sufrió en agosto del año pasado.
En ataque, Alexis Sánchez y Eduardo Vargas son los teóricos titulares, aunque Pizzi no renuncia a jugar con un nueve de área como Mauricio Pinilla o Nicolás Castillo.
Muchos de los futbolistas convocados para la Copa Centenario se colgaron el año pasado la medalla que los acredita como campeones de América.
Ahora ha llegado el momento de comprobar si Pizzi es capaz de mantener el hambre de triunfos y el buen fútbol de un equipo ganador que se graduó con honores el año hace menos de un año.
También si seguirá con la filosofía y el estilo que aterrizó a Chile con Marcelo Bielsa y perfeccionó Sampaoli, alumno aventajado del rosarino.
