Jorge Fernández: Un trabajólico por la seguridad

El general, jefe de la IV Zona de Carabineros, nos recibió en su despacho no sólo para hablar de su compleja labor policial, sino también de algunos aspectos personales que hasta ahora se desconocían.
Jorge Fernández: Un trabajólico por la seguridad
Jorge Fernández: Un trabajólico por la seguridad
sábado 22 de febrero de 2014

Trabajando. Así pasa la mayor parte del tiempo el general Jorge Fernández Mardones. En los últimos días ha tenido bastantes preocupaciones, como la investigación del caso por unos funcionarios que habrían agredido a dos estudiantes de Medicina, en medio de un procedimiento en el hospital de La Serena para detener a un asaltante.

Eso sin contar con todos los planes de seguridad que se han implementado durante este verano. Pero detrás de la autoridad está la persona. Y en esta entrevista pudimos conocer nuevos aspectos de la vida de este carabinero orgulloso de su institución.

-¿Cómo nació el interés por convertirse en carabinero? ¿Venía desde niño o fue por un asunto familiar?
“La verdad es que por parte de mi familia, por el lado de mi madre, hay que contar que mi abuelo era suboficial del Ejército. Pero no está vinculado al tema de Carabineros. Un tío mío sí era carabinero, pero no me relacionaba mucho con él. Más bien fue en un accidente de tránsito que vi en Santiago donde observé cómo trabajaban los carabineros. Allí hablé con un oficial y le dije que me interesaba el tema. Yo vivía en San Miguel. Fue muy gentil ese oficial e incluso me invitó a recorrer la comuna. Ahí me interesé en esa carrera”.

-¿Qué significado tenía para usted la institución antes de ingresar a sus filas?
“Yo no captaba mucho lo que hacía Carabineros de Chile. Y luego de ese patrullaje nocturno que hice con este oficial, junto con un suboficial que también nos acompañaba, me llamó mucho la atención lo que hacían, lo encontré tremendamente útil y me atreví a postular. Yo tenía entre 18 y 19 años, estaba recién retornando al país porque había salido con mis padres a Argentina, donde estuve viviendo por situaciones económicas. De hecho, yo allá estuve trabajando desde los 16 años, haciendo muchas cosas. Fui obrero, trabajé en un taller mecánico, limpié casas, trabajé en una fábrica de conservas, en la parte de mantenimiento. Así que luego de volver terminé mi enseñanza media y posteriormente entré a Carabineros”.

-¿Cuáles fueron las primeros misiones o desafíos que debió enfrentar ya siendo un uniformado?
“Empecé en la Primera Comisaría de Santiago Central, donde había mucho ajetreo policial. Estamos hablando del año 1982 a 1984 aproximadamente. Después fui destinado a Alto Palena, arriba de Chaitén. De ahí me trasladaron a Fuerzas Especiales. Después me fui a hacer el curso de instructores a la Escuela de Carabineros. Luego estuve un año en el Grupo de Formación. Retorné a Fuerzas Especiales y me fui como capitán al Departamento de Encargo y Búsqueda de Vehículos. Posteriormente a Radiopatrullas, durante 4 años, en todo lo que fue el área operativa de Santiago. Luego en la Academia de Ciencias Policiales por 2 años, haciendo el curso de perfeccionamiento como mayor y me fui de comisario a Illapel. Posteriormente ascendí a general en Fuerzas Especiales”.

-¿Qué recuerda de su paso por la comisaría de Illapel?
“En Illapel estuve por los años 1999 o 2000. La verdad es que es una guarnición que hasta el día de hoy nos ha marcado a mi familia y a mí, porque se hizo un trabajo bastante bonito e interesante con la comunidad. Cada vez que voy para allá, siempre la gente se acuerda, gracias a Dios, gratamente de mi paso por esa comuna. Y seguimos siempre pendientes trabajando para ellos, porque en definitiva ellos se sienten como la parte de atrás de la región, pero logramos de alguna manera que esa parte de nuestra región reciba un incremento de recursos. Estaremos construyendo allá la nueva comisaría, el año pasado se implementó el Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva, vamos a construir el cuartel de Los Vilos, etc. No es que esté privilegiando el sector, sino que lo conozco tan bien y sé cuáles son sus necesidades que hemos logrado ganar algunos proyectos para ellos y especialmente para esa comuna (de Illapel) a la cual yo serví directamente durante 4 años”.

-Tengo entendido que cuando trabajó en Fuerzas Especiales en Santiago, le tocó vivir bastantes protestas a fines de los 80.
“Sí, lo que pasa es que me correspondió vivir varios períodos ahí. Estuve en momentos en que la historia de nuestro país cambió. Me tocó la época del Sí y el No, el cambio de régimen a gobierno democrático. También los cambios presidenciales. Creo que nosotros los carabineros vivimos y formamos parte de momentos históricos en los cuales el país se ha visto envuelto”.

-¿Hay algunos operativos o protestas que recuerde en especial dentro de Fuerzas Especiales?
“Me tocó estar en eventos masivos importantes. No sé cuántos clásicos denominados de alto riesgo entre Universidad de Chile y Colo Colo o Universidad Católica. También partidos de fútbol de la selección chilena, megaeventos o recitales como U2, Iron Maiden, Lollapalooza. La manifestación de Hidroaysén, que fue tan potente, tan fuerte y violenta para ser una manifestación ambientalista. Recuerdo muchos servicios en Villa Francia, por el 11 de septiembre o 29 de marzo (Día del Joven Combatiente). La verdad es que era complejo, porque como prefecto jefe de Fuerzas Especiales tienes el control del orden público de una gran parte de la Zona Metropolitana. Te marca. Como persona y como profesional. Y obviamente, cuando tú sales a esos servicios, sientes la preocupación por tu gente y también por la ciudadanía. Esperando que el reporte al final sea lo más normal, lo cual es imposible porque es complejo, no sabes qué es lo que va a ocurrir. Es una tremenda responsabilidad, que el día de hoy llevan otros grandes jefes en Carabineros”.

-¿Cómo es un día normal en la vida del general Jorge Fernández, acá en la IV Zona de Carabineros?
“A ver. Ayer, por ejemplo, en que salí a fiscalizar un servicio, terminé a la una de la mañana. Fui a mi casa, cené, estuve con mi familia. Desperté a las 6 de la mañana, porque a esa hora pido que el oficial de ronda, que es el que tiene todas las novedades, me despierte y me dé las informaciones de lo que ocurrió en la noche, para así poder llamar a algunos mandos míos o a las autoridades, en caso de que haya algo relevante. Me levanto a las 07:00 horas y a las 07:20 más o menos estoy saliendo en dirección a la Zona (edificio ubicado en calle Colón con Cienfuegos). Estaba a las 07:45 ya reunido con el prefecto y el jefe de operaciones. Me trasladé a las 08:30 a la SIAT a ver unos avances, revisé documentación mientras iba en el vehículo. También recibo audiencias, salgo a la población a verificar personalmente los servicios y algunas actividades. Fiscalizo nuevamente. Me voy a mi casa a almorzar con mi familia. Estoy con la radio encendida. Después otra vez salgo a fiscalizar y me vengo nuevamente a la oficina. Y así me voy moviendo todos los días, viendo también proyectos de inversión. Tengo una gama de actividades que voy matizando, tanto en lo que es administración interna institucional como las operaciones que realizamos en la calle”.

-¿Y qué es lo que hace durante sus vacaciones o en un día libre?
“En la época estival no tengo vacaciones. Llevo 5 años sin vacaciones en el verano. Por lo tanto, trabajo mucho. Trato de salir después de la primera quincena de marzo unos 10 ó 15 días. Me voy a mi casa. La verdad es que nosotros estamos construyendo nuestra casita al interior de Rancagua, en Doñihue. Ahí tenemos una parcela y me entretengo mucho haciendo cosas manuales. Me gusta sobremanera pintar, arreglar rejas, cercos, ocuparme de limpiar la piscina, ver a los perros, ayudarle a mi señora en el tema de sus árboles frutales. Y ya bien tarde me gusta leer. En estos momentos estoy leyendo un libro que me regalaron, que es un compendio de la historia de Chile. Me lo regaló un coronel de Carabineros en retiro. Habla de los límites históricos de nuestro país en la época de la Colonia. No me gustan mucho las novelas. A mi señora sí. Prefiero la historia y ese tipo de textos”.

Su gusto por la música

> “Me gusta la música. Eso salió en mi familia, yo creo que por parte de mi padre. Inclusive tengo una hermana que es concertista. Yo toco guitarra de repente. Tengo interés por la música folclórica. Cuando era muy joven escuchaba Inti Illimani, Quilapayún, León Gieco. También a Soda Stereo, Los Prisioneros. Yo escucho de todo tipo. Igual música clásica, en ese caso también por parte de mi hermana, que oye ese estilo más clásico. Pero no tengo una línea de música. Igual oigo lo moderno. Así que me gusta distinto tipo de música. Yo igual cantaba, participaba en los coros del colegio, tenía un grupo folclórico. No tengo problemas en ese sentido. Como tampoco es un problema para mí pegar un clavo, barrer mi oficina. A lo mejor usted va a un cuartel y me va a ver pintando, con una brocha. No es un tema para mí. No es indigno tomar una escoba. En absoluto”.