Un lugar para volver al pasado

Tras la reciente remodelación efectuada al histórico recinto social más importante de Coquimbo. Su futuro es incierto, pero existe interés del municipio porteño para adquirirlo y convertirlo en un gran centro cultural y protocolar
Un lugar para volver al pasado
Un lugar para volver al pasado
domingo 09 de junio de 2013

Ubicado en calle Aldunate 793, el ex Club Social de Coquimbo es un lugar que invita a recordar décadas pasadas, en las cuales la vida social del puerto era un elemento característico y distintivo. La reparación de sus instalaciones actualmente permite contemplar una postal del recinto durante su máximo esplendor.

La organización social, como tal, se conformó en 1926, momento en el cual un grupo de hombres de la región se reunió con la finalidad de conformar un recinto para realizar diversas reuniones sociales y actividades, típicas de la sociedad de la época. El recinto entregaba un sello de distinción a quienes integraban el selecto grupo que asistía a este lugar, conformando un lugar de encuentro para la socialité de la época.

Entre las principales actividades efectuadas durante su máximo apogeo entre las décadas de los ’60 al ’70, sobresalían los juegos de salón y camaradería, al igual que los eventos de corte social, destacando los matrimonios y las fiestas de celebración de Año Nuevo. En esos tiempos la concesión del club permaneció bajo el mando de Manuel Santander, reconocido personaje de Coquimbo, quien contribuyó a darle un prestigio bastante amplio y a realizar grandiosos y recordados eventos.

La identidad del club como tal comenzó a perderse a partir de la década de los años ’90, donde el fenómeno social claramente pasó por el desinterés de los jóvenes en mantener las costumbres y herencias de las antiguas familias, incentivados por la creación de nuevos lugares de recreación y esparcimiento, que contribuyeron a nivel país a disminuir notablemente la cantidad de estos recintos, considerados como preponderantes, en años pasados, por gran parte de la sociedad.

Lo anterior es ratificado por Fernando Martínez, secretario general de Club Social de Coquimbo, quien afirmó que “los jóvenes perdieron el interés por mantener las costumbres de sus mismos padres, lo que considero es causa de la proliferación de otros sitios de diversión y los cambios que todos hemos experimentado en su conjunto.

“Pero nosotros, como dueños de este patrimonio de la ciudad, siempre hemos querido recuperar cada rincón de este recinto, el cual no demuestra mucho desde afuera, pero al ingresar impresiona por su majestuosidad”.

Con el correr del tiempo, durante el año 2003, los socios propietarios conformaron la Inmobiliaria Club Social del Puerto de Coquimbo, con la finalidad de obtener participación en el futuro del inmueble, muchos de los cuales se han retirado por diversas razones.

Es así, como las dependencias del patrimonial inmueble pasaron a conformar el Club de Jazz de Coquimbo, bajo el alero de la familia de músicos Cuturrufo.

Quienes por un prolongado tiempo conformaron el lugar de encuentro para escuchar música de calidad, contribuyendo al ambiente bohemio de Coquimbo.

Posterior a esta etapa, el Club Social fue entregado a varios concesionarios, pasando por convertirse en recinto de diversos giros comerciales, para finalmente, hace un año, ser solicitado por sus dueños, con la finalidad de empezar con la remodelación de sus dependencias bastante deterioradas.

Por medio de una fuerte inversión realizada por el directorio del patrimonial edificio se logró restaurar por completo sus instalaciones, dando origen a un lugar excepcional que invita a adentrarse en la historia porteña. Su fachada dice muy poco, pero el ingresar permite experimentar una vuelta al pasado inmediata, sus hermosos candelabros, la majestuosa escalera de mármol, los amplios salones, imponentes espejos y todo su entorno, otorgan un recuerdo inigualable a quien tenga la oportunidad de visitarlo.

Es así como en la actualidad se tiene la clara intención de vender el recinto al municipio porteño, con la finalidad de que éste permita que la comunidad conozca un lugar histórico de la sociedad coquimbana. Así lo afirmó Fernando Martínez, secretario general del Club Social de Coquimbo, quien señaló que “es nuestro interés primordial entregar este recinto para que sea administrado por el municipio y no un privado, con la finalidad de que los coquimbanos tengan acceso a este remodelado inmueble, que resguarda intacta una gran parte de la historia de vida de muchos coquimbanos.

“En este lugar se vivieron momentos muy importantes, por lo que creemos que es primordial resguardarlo y sobre todo mantenerlo en el tiempo, como fruto y parte del patrimonio de la ciudad. Para ello, la entidad pública es la indicada”.

Al respecto, el alcalde Cristian Galleguillos declaró tener un gran interés por adquirir el emblemático edificio para la comunidad, con la finalidad de convertirlo en un centro cultural y protocolar que rescate la historia del puerto, al igual que parte de la vida de muchos coquimbanos.

Es por lo anterior que el edil afirmó que “el Club Social de Coquimbo es un inmueble tradicional y patrimonial de la ciudad, con un estilo que claramente se enmarca dentro de lo que es nuestro Barrio Inglés. Por esto, claramente existe la voluntad de este alcalde y del concejo municipal para que de alguna manera podamos rescatarlo como elemento arquitectónico y social de nuestra ciudad puerto. Es así que estamos en conversaciones con los dueños del recinto, tenemos las intenciones de adquirirlo, para convertirlo en un centro cultural y protocolar.

“Sin embargo, el problema que tenemos es el de siempre, los recursos son escasos y debemos priorizar la utilización de aquellos y allí estamos entrampados, tratando de ver la manera de poder financiar la compra de nuestro querido Club Social”.

Entrega del recinto patrimonial

La postura de los actuales dueños, agrupados bajo la conformación de la Inmobiliaria Club Social del puerto de Coquimbo, tiene como prioridad entregar este recinto en manos del municipio de Coquimbo, para permitir la continuidad y cuidado del gran recinto patrimonial.

Los integrantes de esta sociedad son diez reconocidos personajes de la región: Miguel Bauzá, Guillermo Molina, Santiago Manrique, Luis Aguilera, Alberto Nieme, Farid Apey, Jaime Aréa, Manuel Daire, Carlos Olivares y Fernando Martínez. Quienes han permitido, mediante una fuerte inversión, recuperar íntegramente las instalaciones del recinto que, al acceder a él, entrega una experiencia inolvidable.