Habitantes de toma La Gruta indican que "resistirán" el inminente desalojo

Una vez más se anuncia el desalojo de los pobladores de toma La Gruta. Y es que desde que los terrenos fueron ocupados finalizando septiembre del año pasado, esta es la cuarta vez que la Gobernación de Elqui afirma que la desocupación es inminente. Sin embargo, según afirman las autoridades, “esta vez va sí o sí, puesto que ya se está prolongando demasiado el tema”.
Fue el día lunes cuando la máxima autoridad provincial Juan Francisco García, junto al alcalde de Coquimbo y la coordinadora regional de Seguridad Pública Hortensia Flores, sorpresivamente, visitaron a los habitantes del campamento emplazado en la Parte Alta de Coquimbo. En ese momento, sostuvieron una reunión con los pobladores para instarlos a que abandonaran el lugar “de manera voluntaria y pacífica”.
“Les insistimos en que no se les iba a dejar en el abandono, ya que el municipio ha dicho en reiteradas oportunidades que se les darán todas las facilidades para que trasladen sus cosas y además ya se está trabajando en buscar una solución habitacional para la gente que vive ahí”, expresó el gobernador.
Agregó que las instancias legales ya fueron agotadas -puesto que los pobladores habían interpuesto un recurso de amparo para evitar el desa-
lojo, el cual fue rechazado- por lo tanto, “no queda otra alternativa que acatar la ley como se debe hacer en un Estado de Derecho (...) ellos no se pueden quedar en esos terrenos”, sostuvo.
El alcalde porteño Cristian Galleguillos ratificó lo que viene expresando desde que se gestó la toma y aseguró que en ningún caso, una vez desalojados, se dejará en el abandono a quienes requieren de un lugar donde vivir. “La idea ahora, tal como siempre ha sido nuestra intención, es avanzar hacia una solución definitiva, y que puedan tener una vivienda digna”, manifestó.
Galleguillos precisó que el lugar que está siendo ocupado no puede ser utilizado como sector habitacional puesto que no cuenta con la factibilidad técnica para, por ejemplo, tener agua potable. “Es un lugar que ya estaba destinado desde antes para actividades más recreacionales y deportivas”, afirmó.
Desde el municipio, además, informaron que continúan trabajando con Desarrollo Comunitario, para prontamente entregar soluciones habitacionales a los ocupantes. “Por lo pronto, estamos viendo soluciones provisorias para que ellos se trasladen, a la espera de obtener un subsidio”, señalaron.

OCUPANTES NO SE CONVENCEN. En La Gruta, los habitantes indican ya estar “algo acostumbrados al anuncio de desalojo”. Igualmente, tal como en las ocasiones anteriores en que éste ha sido inminente, se han iniciado guardias a la entrada en caso de que la fuerza policial llegase durante la madrugada.
Uno de los dirigentes más radicales, según afirman quienes han ingresado a La Gruta, sería Claudio Moreno, “El Rubio”, quien, proveniente de Santiago, hoy es uno de los voceros de los pobladores.
En conversación con diario El Día, Moreno aseguró que las soluciones que se les están ofreciendo ahora “son las mismas que hace seis meses”, por lo que no encuentra razón para que en esta oportunidad “deban ceder”.
Afirma que “resistirán ante cualquier eventualidad”, y según indicó, no accederían al desalojo. “Si llega a pasar algo, la responsabilidad será del municipio porque ellos están actuando de mala forma mandándonos a sacar por la fuerza con ‘allanamientos’ y esas cosas”, aseveró el dirigente.
Además, negó que él en particular estuviese influenciando a los demás habitantes para que no desocupen el terreno. “Aquí la gente es libre, es más, cuando vino el alcalde y el gobernador, fueron los mismos pobladores los que primero hablaron con ellos y les manifestaron que no se irían”, señaló Moreno.

UNA SEMANA MÁS. Según informaron fuentes cercanas, lo más probable es que el desalojo se concrete la próxima semana, aunque nadie se atreve a asegurarlo con certeza puesto que ya se ha hecho en otras oportunidades y finalmente no se ha llevado a cabo. Por lo pronto, en La Gruta esperan el día y la municipalidad continúa haciendo gestiones para que las personas abandonen el sector pacíficamente.