Luchando por no ser olvidados. Artistas que marcaron una época
La semana pasada, la muerte de la actriz Myriam Palacios en medio del abandono de muchos de sus familiares y de los medios de comunicación nos trajo a la memoria la importancia que es cuidar a íconos de la cultura en su más diversas formas. Carlos Helo, Silvia Piñeiro, Eduardo, Thompson, Guillermo Bruce y otros de resonancia nacional también han sido víctimas del “alzheimer” de una sociedad que no valora a sus adultos mayores, por lo que en el abandono las malas decisiones del ayer penan, como el no contar con previsión o no haber ahorrado en las épocas de bonanza.
Es la realidad difícil del artista adulto mayor, pero la Agrupación Cultural de Artistas de la Música de Coquimbo (ACAM), presidida por la conductora del programa “Tangos y boleros” de Radio Riquelme, Rebeca Lira, ha intentado revertir esta situación, conformando un equipo que mantiene vigente a los artistas más veteranos y de paso apoya a los que se encuentren solos o en situación precaria. “Estamos integrados por artistas como Norman Ponce, Analía, Luis Armando Martínez, Trío Los Románticos, el dúo Marivaldo, Betty Molina, Fernando Villarroel, Hernán Araya, Valentín Cortés, Rubén Navea, Humbertina Oyarce, Manuel Moyano, Nely Olivares, Jimena Muñoz, Jorge Contreras, Jorge Galanis, María Santander, Rosita Leiva, entre otros”, aseguró Lira, que recordó que la idea es realizar espectáculos folclóricos, que van en pro de apoyar a otros artistas “que necesitan ir al médico, por ejemplo. Actualmente, tenemos un poco enfermos a Norman Ponce o Manuel Moyano, y a fin de mes retomaremos las actividades para ayudarlos, considerando que los músicos muchas veces no tienen previsión”, aseguró esta mujer que sueña que las calles de Coquimbo tengan nombres de artistas locales, propuesta que ya le han hecho al alcalde porteño Cristian Galleguillos, “además, estaríamos felices de que hubiese una casa de acogida para los artistas. Sería importante”, subrayó.
AÑOS DIFÍCILES. Un ejemplo patente de soledad es Hernán Gallardo Pavez, autor de más de 2 mil canciones y del mítico “Un año más” que aunque muchos han intentado ayudarlo, siempre ha querido vivir a su manera. Hoy, de acuerdo a sus cercanos, apenas camina, se moviliza en silla de ruedas y su voz cada vez se entiende menos. Un ejemplo claro de la compleja situación a la que puede llegar un artista.
En menor grado de dificultad, ya que cuenta con el respaldo de su señora y sus hijos, está “Lucho Alimeño”, la voz de las cuecas choras que dieron vida a la bohemia serenense y coquimbana de los años ’60. Dos operaciones a la columna le han llevado a un estado de leve discapacidad, que enfrenta con optimismo, pero que le obliga a trabajar duro de todas formas.
