El triste destino de la casa de Sergio Larraín

A comienzos del año pasado, la fotografía nacional y mundial se tiñó de negro. En su casa ubicada en calle Socos de Ovalle dejaba de existir el más importante artista visual que haya nacido Chile, el gran Sergio Larraín. 

Luego de su muerte, se anunció un sinfín de homenajes en su nombre y la figura del malogrado artista adquiría ribetes de leyenda.

Pero pese a ello, el olvido parece haber podido más y la casa de Ovalle, ubicada en la calle Socos, en donde Larraín dio su último suspiro, se encuentra convertida en una playa de estacionamientos, cosa que sus pares y quienes lo conocieron, aún no lo pueden creer.

Mauricio Toro Goya, fotógrafo que tuvo la oportunidad de convivir con Larraín, es uno de los más enérgicos en reclamar. “La autoridades se habían comprometido claramente en la Feria del Libro de Ovalle el año pasado a que la casa se convertiría en un museo, entonces ahora uno se pregunta en qué quedó todo eso”, cuestiona.

Responsabiliza fundamentalmente al municipio de la capital de Limarí por esta situación. “Son ellos los que autorizan las demoliciones, son ellos los que dan patente para instalar una playa de estacionamientos (…) es inexplicable”, afirma. “Lo que yo entiendo es que aquí hay un desconocimiento por parte del jefe de Obras de la municipalidad de Ovalle, quien no dimensiona la importancia de la figura de Larraín”, agrega.

Luis Santelices, también artista visual, coincide con su colega. “Es lamentable que nadie haya advertido la importancia de este patrimonio, habla de una indolencia respecto del valor de los artistas”, precisa.

Pero va más allá y señala que el caso de Larraín no es aislado. Santelices cuestiona el papel que jugó en este punto el Consejo de la Cultura. “¿Qué hicieron ellos para evitar que pasara eso?, ¿Qué van a hacer ahora para recuperarlo? No sé, por lo pronto me parece una ironía y una falta de respeto que la casa de Sergio Larraín se convierta en una playa de estacionamientos”, remarca.

AUTORIDADES RESPONDEN. A través del diario electrónico regional El Observatodo, Glenn Flores, encargado de Obras de la municipalidad de Ovalle, manifestó en la casa edilicia que la casa no contaría con los méritos para ser declarada patrimonio, y que además, al ser una casa privada, ellos no podrían hacer mucho. Consultado, desde el mismo municipio el encargado de Cultura Isman Huerta Justificó los dichos de Flores. “Lo que dice Glenn es muy cierto porque la que estaba a cargo de la casa era la hija de Sergio Larraín, y en ese sentido nosotros como municipio nos encontramos atados de manos”, asegura.

Pero afirma que en algún minuto sí quisieron hacer algo por el inmueble. “Queríamos que ese lugar se convirtiera en algo que rescatara la memoria del artista, pero la persona que está encargada del lugar es su hija y al parecer ella no estuvo interesada y si la dueña de la casa no la quiere proteger ni tampoco quiere poner en valor la obra de su papá, es muy difícil que acá podamos hacer un rescate, aunque quisiéramos”, sostiene.
El director del Consejo de la Cultura, Matías Awad, indica que como institución, ellos tampoco tendrían responsabilidad. “Al ser una propiedad privada, este concejo no tiene las facultades para intervenir, ni tampoco ninguna otra entidad, puesto que es una casa que no está declarada ni monumento nacional ni tampoco protegida”, sostiene.

Agrega que para ellos también fue una sorpresa encontrarse con la playa de estacionamientos y califica la situación como lamentable. “Nosotros también creemos que no es bueno que la casa de una persona que estuvo tan ligada al tema cultural y artístico, termine siendo utilizada para un fin distinto al que se le conoció”, expresa.

Pero Awad afirma que cuando se produce este tipo de eventualidades, se generaría una instancia para debatir, y también para que la gente “tome conciencia y sean ellos mismos quienes postulen estos espacios para que sean declarados espacios protegidos, porque como Consejo, nosotros no tenemos esa facultad”. 

El maestro descansa 
••• Aquel 09 de febrero el gran maestro de la fotografía chilena tuvo una masiva despedida. Decenas de personas asistieron al funeral que se efectuó en la localidad de Tulahuén, al interior de Monte Patria.
En el lugar, Iván Ramírez, escritor y amigo de Larraín, dirigió unas palabras en honor al fallecido fotógrafo. También se hicieron parte del homenaje su par e investigador del Centro de Estudios de la Imagen Fotográfica de Coquimbo, Mauricio Toro y sus familiares.