Autor del crimen de universitaria recibe 5 años de presidio

Con la sensación de un castigo demasiado bajo para el condenado quedó la familia de Oriana Jofré Rojas, la joven madre universitaria que fue asesinada el año pasado en la Villa San Bartolomé de La Serena. El autor del crimen, su expololo Rodrigo Rodríguez, recibió un castigo de 5 años de presidio (se le abona el tiempo ya privado de libertad).

Tras escuchar la sentencia, en la primera sala del Tribunal Oral de La Serena, el fiscal Ricardo Salinas dijo que “se acreditó que el homicidio fue por estrangulamiento con sus manos, sin perjuicio que pudiera haber una prenda entremedio y la sentencia deberá cumplirla sin beneficios”, dijo. Esto porque se difundió que la mujer había fallecido estrangulada con su propia bufanda. El tribunal consideró las atenuantes de irreprochable conducta anterior y de colaboración sustancial del sujeto, que se retiró en silencio y mirando hacia el suelo una vez que escuchó su sentencia. A diferencia con lo ocurrido ayer minutos antes en el tercer piso, donde se leyó la condena para el autor de la muerte de Mauricio Gallardo (ver página 11), aquí no hubo ningún tipo de incidente.
Fue el fin de un proceso para una terrible historia que ocurrió en junio del año pasado. De acuerdo a los antecedentes que ya habían surgido en la audiencia de formalización en el Juzgado de Garantía, la joven Oriana y su agresor se reunieron a la salida de la Universidad Santo Tomás, la tarde del 5 de junio, dirigiéndose en el vehículo de ella a un mirador en la Avenida El Santo, lugar en donde presuntamente se habría originado una fuerte discusión , lo que finalmente desencadenó la muerte de la mujer estrangulada en manos de Rodríguez.
“Él reconoce que habría tenido participación en los hechos. No obstante, lo que se hizo presente en la audiencia fueron temas de orden procesal para determinar su presunta implicación, teniendo en cuenta su declaración, para poder obtener su efectiva participación a la espera de que se agreguen a la investigación nuevos antecedentes que el Ministerio Público en este momento está indagando”, señaló el año pasado el abogado defensor de Rodríguez, Juan Pablo Segovia.
De acuerdo a la propia confesión del imputado que se leyó en la audiencia de formalización de junio de 2012, el motivo del crimen habría sido que la universitaria se negó a tener relaciones sexuales con el sujeto, además de otras diferencias que terminaron en una fuerte discusión. El detenido también habló de que la joven sacó un cuchillo y que él sólo trató de quitárselo, tomándola en algún momento del cuello, pero sin la intención de matarla. De hecho, en un primer momento pensó que sólo se había desmayado. Luego, al ver lo que había pasado, la llevó a su casa y allí fue descubierto por su propia madre, con el cuerpo en el comedor.
Después de su detención y de la difusión de la noticia del crimen, que causó impacto en la opinión pública, se supo que de acuerdo a informaciones que obtuvo el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), ella ya había denunciado en Carabineros una situación de acoso telefónico por parte de Rodríguez, lo que la afectaba de forma profunda. El sujeto presuntamente aprovechaba el hecho de estar trabajando en una empresa de telefonía.
“Este lamentable hecho demuestra que nunca debemos bajarle el perfil a una situación de violencia psicológica y que en este caso terminó en la máxima expresión de violencia intrafamiliar, como es la muerte de una mujer. Como Sernam ponemos a disposición todo el capital humano para apoyar legal y psicológicamente a la familia”, declaró en aquella oportunidad la directora regional, Francesca Figari.
Cuando Rodríguez cometió el homicidio, dio varias vueltas por el sector en el vehículo. Después de estacionarse en un pasaje cercano a su domicilio, decidió mejor llevar el cuerpo en brazos a su inmueble. Una vez que lo descubrió su madre y el grave asunto pasó a conocimiento de Carabineros, transcurrieron sólo minutos para que llegaran a la casa. El mismo homicida les abrió la puerta y en un primer momento negó todo. Sin embargo, los carabineros notaron que estaba bastante nervioso e insistieron en que habían recibido una llamada que daba cuenta de un hecho delicado. Ante esto, Rodrigo finalmente los autorizó a pasar, hallando los funcionarios el cuerpo sin vida de la joven, envuelto en una frazada. Por esta situación, el sujeto terminó reconociendo su autoría. 

Severa depresión
••• Pese a que los vecinos de la Villa San Bartolomé describieron a Rodrigo como un hombre tranquilo, después de la noticia del horrendo crimen empezaron a trascender algunas informaciones que daban cuenta de algunos problemas que tenía. Una fuente del mismo pasaje Mar Negro donde él vivía indicó esa vez que arrastraba una severa depresión, desde que una ex pareja se casó con otra persona. En tanto, también se supo que habría estado visitando a un psiquiatra desde que perdiera su empleo. De todas formas, el imputado prestó toda su colaboración durante el juicio oral.