Monseñor René Rebolledo hace un recuento a un año de haber asumido

El pastor católico se refirió a su gestión, las visitas a parroquias, vocación sacerdotal, la sequía, entre otros temas.
Monseñor René Rebolledo hace un recuento a un año de haber asumido
Monseñor René Rebolledo hace un recuento a un año de haber asumido
viernes 06 de marzo de 2015

A un año de haber asumido como arzobispo de La Serena, monseñor René Rebolledo, hace un repaso sobre su gestión en este tiempo, indicando que “han sido muchos los acontecimientos impactantes y que han dejado en mí un recuerdo imborrable. Menciono el espíritu de comunión con que he sido acogido. Cómo no recordar el gesto de don Manuel Donoso y de don Luis Gleisner al darme la bienvenida en el aeropuerto. Recordemos que monseñor Donoso estaba convaleciente de una compleja operación en esos días. No podré olvidar, asimismo, la acogida fraterna y cordial de mis hermanos sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos permanentes y seminaristas, como también de las autoridades y los fieles. No podré olvidar tampoco las entusiastas celebraciones en las parroquias, gracias a Dios las he visitado todas, también 80 pueblos de los más de 400 que componen la Arquidiócesis.”, resume parte de lo vivido.

Durante un año visitó todas las parroquias, pero le restan comunidades, por lo que monseñor Rebolledo ruega tener salud y fortaleza “para alcanzar a tantos pueblos y comunidades. Las distancias constituyen un gran reto; en algunas parroquias son enormes. Sin embargo, después de cada visita a estos pueblos, regreso feliz y agradecido del Señor. El testimonio de fe de sus habitantes me edifica en gran medida. Cómo quisiera visitar todos los pueblos y comunidades, para compartir con ellos el encuentro con nuestro Señor”.

Al referirse al trabajo pastoral que se realiza en la arquidiócesis, el arzobispo expresa que “percibo un gran compromiso de los sacerdotes y del personal consagrado. Observo que contamos con un laicado fiel y generoso con su Iglesia. Me impresiona positivamente la gran cantidad de agentes pastorales, entregados totalmente a la misión que se les ha confiado. En todas las comunidades he encontrado personas a quienes admiro por su amor al Señor y a la Iglesia”.

También deja espacio para hablar de la vicaría pastoral, de la que dice se siente agradecido y “espero que en el primer semestre de este año esta instancia nos pueda donar las nuevas orientaciones pastorales arquidiocesanas para el próximo quinquenio. Agradezco el valioso servicio de la Vicaría de Educación. Confío en que este estamento hará los mejores esfuerzos para alcanzar a centenares de docentes y miles de jóvenes que se forman en centros básicos, medios y universitarios de la región. La Comisión Arquidiocesana de Pastoral Juvenil busca también hacer lo propio en este enorme desafío. Por otra parte, en la Arquidiócesis existen seis parroquias que aún no tienen un párroco estable. Hemos iniciado una campaña de oración por las vocaciones. Gracias a Dios han ingresado tres jóvenes al seminario”.

La sequía

Sobre cómo lo impactó la sequía, recuerda que transcurrió su vida en el sur de nuestro país hasta el año pasado. “Allá, las lluvias son generosas y frecuentes. Llegar a esta región y experimentar una constatación, cual es, escasez de agua por más de nueve años, impacta profundamente. Como pastor, quiero sentirme cercano a cuantos están sufriendo en nuestra región a causa de la sequía que la afecta por varios años consecutivos. Sugiero a todos que con fe y constancia supliquemos al Señor a lo largo de este año la nieve y la lluvia para que vuelvan a reverdecer los campos y ofrezcan generosamente el alimento necesario para todos. Es tarea del Estado, principalmente, que quienes sufren las consecuencias de esta prolongada sequía sean atendidos con justicia, eficacia y prontitud. Forjar, igualmente, una cultura del cuidado del agua nos favorecerá a todos”.

Monseñor Rebolledo no dejó pasar la falta de vocación sacerdotal en el país, indicando que “gracias a Dios contamos con 15 seminaristas, tres de ellos han iniciado su formación en el Seminario Mayor “Santo Cura de Ars” el domingo 1º de marzo de 2015. El Seminario Mayor es una de las instituciones más importantes de nuestra Arquidiócesis. Manifiesto mi gratitud al rector, Presbítero, Dikson Yáñez, y a su equipo formador, como también al personal que lo acompaña en esta delicada tarea”.  Finalmente  catalogó como “valiosos” los diálogos que ha sostenido con las autoridades.