Un santuario natural

En plena cordillera, al interior de Paihuano, la comunidad agrícola Estancia Estero Derecho se abre como un tesoro de incalculable valor ambiental y que se resguardará oficialmente por su rica biodiversidad, única en el mundo.
Un santuario natural
Un santuario natural
domingo 09 de junio de 2013

El entorno es un verdadero paraíso. Es el punto de nacimiento del río Claro y uno de los principales afluentes del río Elqui. Sus aguas son cristalinas y su riqueza ambiental invaluable. El 2011 la sequía fue dura en la Región de Coquimbo. Sin embargo, en el interior de la Comunidad Agrícola Estancia Estero Derecho, comuna de Paihuano, el afluente se conservó intacto. Los comuneros se lo atribuyeron a los glaciares que existen en la alta cordillera. De hecho, este es uno de los principales tesoros que posee la comunidad, así como su fauna y flora. Y son estos elementos los que se resguardarán luego que se le decrete oficialmente como Santuario de la Naturaleza.

Los parajes impresionan por su belleza. Un equipo periodístico de diario El Día recorrió parte de ellos el miércoles pasado cuando la Seremía de Medio Ambiente eligió esta locación para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente y para comunicar el anuncio que, a juicio de los comuneros, potenciará el prestigio del sector.

La presencia de alumnos de Pisco Elqui, deleitándose con restos de hielo y colocando letreros con mensajes ecológicos, no fue al azar. Las autoridades y sobre todo los comuneros quisieron reflejar en ellos el futuro y lo que se quiere realizar con las nuevas generaciones. En términos concretos, es el espacio limpio que se le quiere dejar.

El presidente de la comunidad, José Salazar, resaltó que los esfuerzos por ser considerada en el futuro como Santuario de la Naturaleza son un paso adelante para mejorar el entorno. “Nosotros debemos darle la oportunidad (jóvenes) de que lo disfruten con ciertas regulaciones que están por venir, aunque hay que pasar una curva de aprendizaje institucionalmente hablando y significará algunos cambios de visión”, subrayó.

En este espacio cordillerano existen 179 tipos de plantas nativas, de las cuales 10 son vulnerables, además de 27 especies de fauna silvestre, 20 tipos de aves entre las que resaltan el águila y el cóndor. Entre los mamíferos del lugar destacan vizcachas, guanacos y zorros culpeo.

Uno de los tesoros que alberga el sector es la existencia de 27 glaciares rocosos que abastecen de agua al valle de Paihuano.

La primera acta de reunión de la directiva data de 1940, mientras que en 1979 llevaron adelante el saneamiento del territorio fijando en 363 los comuneros. “El resguardo de la comunidad se produce porque en esos tiempos los comuneros antiguos vieron que era un área muy diáfana y de alto riesgo de poder deteriorarse con el uso indebido. Además, el recurso es limitado”, alerta Salazar.

OPCIONES A LA VISTA

El dirigente dice estar consciente del abanico de posibilidades que se abre con la denominación de Santuario de la Naturaleza, pero también los riesgos que podría generar. “Dentro de la certificación que estamos buscando está aceptado por la comunidad el desarrollar un turismo de fines especiales. Está disponible para estudios científicos, hemos tenido glaciólogos y al Ceaza, que ha monitoreado y catastrado las especies botánicas de los humedales y para eso está disponible. Será un turismo restrictivo para quienes cuidan y aman esta tierra y hay que darle la oportunidad para que los disfruten con ciertas regulaciones que están por venir”.
La comunidad posee 52 mil hectáreas, de las cuales 31 mil están postulando para que sean protegidas. “Tenemos especies botánicas que son únicas y que están resguardadas. Por ejemplo, las vegas que tenemos poseen más biodiversidad que las equivalentes en Perú y el norte argentino. También está el tema cultural del paisaje y eso se siente muy fuerte acá”.

Subraya que la figura de santuario natural, “tiene que ayudarnos a generar una especie de escudo que proteja y regule, por ejemplo, tenemos glaciares de roca y eso es estratégico en todo el país”.

La parte más alta bordea los 4 mil metros de altura y cuentan con dos refugios en el interior, a orilla de río, y están a los 3. 300 metros de altura. “Vamos paso a paso, esto es un proceso, estamos ad portas de certificarnos como Santuario de la Naturaleza y la directiva tiene algunos planes y tenemos que esperar la oportunidad que se vayan implementando en el futuro”.

Salazar define este espacio como una puerta a la cordillera, “una puerta al silencio, al cielo diáfano y es algo maravilloso y cuando los extranjeros llegan quedan maravillados”.
Actualmente esta comunidad es utilizada, principalmente, para el pastoreo de vacunos y caballares. Posee un manejo que ha sido reconocido a nivel nacional sustentado en la preservación de las vegas y otorgar sustento a los animales.

REGLAS CLARAS

Desde la Seremía de Medio Ambiente destacan que una de las ventajas de convertirse en Santuario de la Naturaleza es que junto con resguardar el área, en el futuro cualquier propuesta que desee instalarse, “tiene que ingresar sí o sí con un proyecto de impacto ambiental y no explotar sin ningún cuidado del medioambiente”, precisa el seremi Cristian Felmer.

Las expectativas de esta repartición son altas. Buscan a través de la decisión del Consejo de Ministros que 31.680 hectáreas de esta comunidad puedan ser declarados como el primer Santuario de la Naturaleza de la Región de Coquimbo.

Para Felmer se trata de un hito histórico en materia de biodiversidad, luego que actualmente se cuenta sólo con 15.175 hectáreas protegidas, “incluyendo a Estero Derecho se aumenta en dos veces más el área resguardada”.
El primer paso para resguardar este territorio lo dieron el 2010, cuando fue declarado como Área Protegida Privada.

Los estudiantes, comuneros y estudiantes se comprometieron a trabajar unidos por la protección del medio ambiente.

Los cuidados se cautelan con rigurosidad. De hecho, para ingresar se requiere una autorización. Incluso, hay portones que impiden el paso.

El agua cristalina en medio de vegas ancestrales y con la cordillera nevada de fondo emerge como una postal en Estero Derecho.

Uno de los hechos que más cautiva es la existencia de vegetación única.

ESCALANDO AL CIELO

••• Rodrigo Moraga es un amante de la naturaleza y se hizo comunero justamente cuando descubrió que en esta cordillera estaban las condiciones para escalar cerros inexplorados. Quedó maravillado. “Es una escalada de muy buena calidad, tipo tradicional, donde uno sube por las fisuras de las piedras, donde deja equipo móvil que después retiras al bajar. Aquí son kilómetros de piedra y que se extiende hasta la vega de Mal Paso. Son 10 kilómetros de pura roca maciza que para mí, como escalador, tienen un potencial tremendo y puedo decir que no hay una zona como esta desde aquí a Cochamó y luego está Torres del Paine. Este lugar es de proyección internacional. Al lugar que subimos le pusimos nido de cóndores, porque veíamos y escuchábamos cómo pasaban alrededor de unos 12 condores. Lograr esa intimidad de contacto con la naturaleza es muy difícil”.

También valora el salto que significa transformarse en Santuario de la Naturaleza, “es tremendo, comuneros antiguos me decían que hace décadas aquí se cazaban guanacos. El cambio cultural se ha ido desarrollando lento y con la sequía han cambiado muchas tradiciones”

En su caso dice ser partidario de hacer ecoturismo con normas bien claras “y de una forma bien normada y preservada”.

No obstante, en ningún caso cree que se debe promover la creación de hoteles, “todo fuera de la comunidad, que vengan a visitar y que genere ingresos a la comunidad, pero que se mantenga como está. Además que en el valle de Elqui hay bastante infraestructura. Pero todo esto tiene que ser en orden, primero tiene que nombrarse Santuario de la Naturaleza porque ahí está la base donde se va a erguir todo el proyecto. Hay que tener una normativa especial y un plan definido y después hacer un video para que esto se difunda, que suba gente, pero con un proyecto que sea sustentable, donde se muestre que las cosas se pueden hacer bien”. No esconde que este tipo apuestas genera divisiones, “aquí hay dos polos, los que queremos que esto se abra al turismo y que se haga una economía sustentable y los que quieren conservarlo como estaba antes”, explica.