Estudiante relata su gran experiencia de vivir y estudiar en Nueva Zelanda

Javiera Jorquera Ríos, quien cursa Cuarto Medio en el Colegio Teresa Videla, cuenta cómo fue vivir por cuatro meses en un lugar tan alejado y distinto
Estudiante relata su gran experiencia  de vivir y estudiar en Nueva Zelanda
Estudiante relata su gran experiencia de vivir y estudiar en Nueva Zelanda
domingo 02 de marzo de 2014

El conocer nuevas culturas y países es el sueño de muchos jóvenes de nuestro país . Claro que son muy pocos los afortunados que cuentan con los recursos para concretar dicho anhelo de poder viajar y disfrutar de paisajes paradisiacos.

Pero otros, como un grupo de seis escolares de la región, pueden concretar este sueño gracias a sus propios esfuerzos y rendimientos en sus establecimientos educacionales, lo que les permitió obtener una beca que los llevó a conocer Nueva Zelanda.

Una de estas destacadas alumnas es Javiera Jorquera Ríos, quien en la actualidad cursa el Cuarto Año de Enseñanza Media en el Colegio Teresa Videla de La Serena.

La joven, que siempre destaca por su rendimiento escolar, dice que le tomó por sorpresa cuando la directora de su establecimiento le comunicó que había sido seleccionada, junto a otras dos compañeras, para ir a rendir una prueba que le permitiría obtener una beca del Programa Pingüinos sin Fronteras de Corfo.

“Era una prueba de inglés , que la dieron en todo Chile. Eran estudiantes de colegios que obtuvieron los mejores puntajes de inglés en el simce. La directora seleccionó por las notas de inglés, que debían ser sobre seis; y por la personalidad que les permitiera estar aptos para viajar al extranjero” sostuvo la estudiante de 16 años.

Claro que el camino no fue fácil para Javiera, quien debió superar a estudiantes de toda la región para obtener uno de los cupos que les permitiría estar durante cuatro meses en Nueva Zelanda.

“Di la prueba y quedé entre los mejores seis de la Región de Coquimbo. La prueba la di en el mes de junio 2013 y los resultados estuvieron un mes más tarde ”.

Aunque sostiene que no le fue fácil tomar la decisión de ir por cuatro meses a un lugar tan lejano de su familia y durante tanto tiempo.
“No fue llegar y partir, pensaba en mi familia y ellos tampoco, en un principio, estaban muy de acuerdo. Soy la menor de los hermanos, así que era complicado por que me cuidan harto, pero al final accedieron, los tuvo que convencer mi profesor de inglés que era una gran oportunidad”.
Tras conocer los resultados de la beca y saber que estaba entre las seis seleccionadas de la región, en el mes de agosto tomó sus maletas y partió a entregarse a una experiencia que califica de “inolvidable”.

Jorquera cuenta que fueron 101 los estudiantes chilenos seleccionados; y que de esos unos 20 fueron destinados a la ciudad de Christchurch, lugar a la que le fue establecida para su residencia.

EXPERIENCIA MULTICULTURAL. Javiera al llegar a su destino fue recibida por una familia anfitriona compuesta por una pareja y su hija; además en ese hogar había otra joven que realizaba una pasantía que era japonesa, por lo que fue una gran vivencia el conocer nuevas costumbres.
“Íbamos al colegio, aprendí bastante, conocí muchas personas de todos los países, una gran variedad cultural, principalmente de Asia que llegan a estudiar a la isla” relata emocionada al recordar.

En cuanto a su familia postiza afirma que si bien no eran neozelandeses, sino escoceses, llevaban como 10 años viviendo en el país y que tenían una hija de 16 años, que iba en el mismo colegio que a ella le tocó asistir.

La joven estudiante serenense dice que las costumbres son totalmente distintas por lo que primero fue difícil adaptarse, pero con el correr de los días dejó de ser un problema.

“Allá era todo distinto. Lo primero que me llamó la atención es la mentalidad de reciclar, está todo más limpio. Por ejemplo la comida principal no era el almuerzo, sino que cenaban y yo tenía que cenar con ellos para compartir. Además , al principio extrañaba mucho la comidas, no usan tanta sal, era muy diferente a la de mi casa, prefería mejor la chilena”.

Javiera destaca que su adaptación fue más rápida de lo que ella misma pensaba . “Allá uno está dispuesto a dejar sus costumbres aprender de los demás. A mi amiga japonesa le enseñé hacer comida chilena como la empanada o charquicán; Ella también trató de enseñarme japonés y su cultura”.

EDUCACIÓN DE PRIMERA. En cuanto a la educación brindada Javiera destaca la tecnología y la metodología diferente usada en los colegios neozelandeses.

“De partida el colegio era grande, bien equipado con la última tecnología. En cuanto a la metodología nos iban cambiando de sala según la clases, que duraban una hora. Además, cuando llegas tú elegías de un listado las materias que cursabas. Yo iba en el año 12 de 13 que ellos tienen. Elegías seis de estas materias. La verdad no era tan complicado, era distinto, porque no dictaban tanto como acá, los profesores hacían más actividades. Las clases empezaban a la 08:45 horas y salíamos más temprano como las dos o tres de la tarde”.

La joven destaca que el poder salir temprano del colegio le permitió disfrutar con sus compañeros la ciudad. 

“Teníamos mucho tiempo libre. Claro que todo cierra más temprano, los días de semana como las 18:00 o 19:00 horas; y los viernes a las 21:00 horas. En Christchurch no había mucha vida nocturna” .

Cuenta que con los chilenos formaron un gran grupo que se juntaban a menudo.

“Cinco de los seis estudiantes de la región estábamos en la misma ciudad. Por ejemplo, para el 18 de septiembre nos juntamos y fuimos a unos jardines botánicos que habían en el centro y tratamos de hacer sopaipillas y otras cosas, celebrando un pequeño 18 a la distancia. 

Javiera sostiene que vivió una gran experiencia que le permitió crecer como persona y espera que otros estudiantes de la región la puedan vivir.