Papa Francisco bendijo puertas de bronce de la Cruz del Tercer Milenio

Antes de dar inicio a la tradicional audiencia general de los miércoles en el Vaticano, llegó hasta el Arco de las Campanas Su Santidad, el Papa Francisco, para bendecir la última de las tres puertas en bronce destinadas a ser instaladas en la iglesia Juan Pablo II de la Cruz del Tercer Milenio, tras la gestión realizada por el sacerdote Ramón Bravo, presidente de la Fundación que lleva el mismo nombre del monumento.

Las actividades se iniciaron a muy tempranas horas de la mañana, con una misa en la Basílica de San Pedro, presidida por monseñor Doménico Sigalini, obispo de Palestrina, quien recordó la relación paternal de adhesión que tuvo Juan Pablo II con la Cruz del Tercer Milenio.

“Damos gracias a Dios, hoy se recuerdan 35 años de la elección de Juan Pablo II para la cátedra de Pedro y se ha cumplido este sueño de poder contar con las tres puertas en bronce para la Cruz del Tercer Milenio, de las cuales dos han sido bendecidas por los romanos pontífices; la Puerta de Chile, por Su Santidad Benedicto XVI y ahora por el pontífice Francisco, la Puerta de la Caridad”, señaló el prelado.

Esta última estructura fue modelada por el prestigioso artista italiano Albano Poli, quien ostenta el título de Caballero de la Orden de San Gregorio Magno, que le concedió el Papa Benedicto XVI por sus magníficas obras de arte sacro. Ella posee una rica simbología; al centro se encuentra la figura santificada del padre Alberto Hurtado, rodeado de niños, ancianos y mujeres humildes a quienes brindó su trabajo, acompañado, además, del molde de la imagen de la Cruz del Tercer Milenio, con la colina del cerro El Vigía de Coquimbo, en donde se emplaza.

Para el padre Ramón Bravo, en la obra se plasma la importancia que han tenido para el cristiano y para la Iglesia los más necesitados, por lo cual esta puerta es definida como un homenaje para aquellos que más sufren en este mundo la indiferencia social.

Desde el Vaticano, el sacerdote expresó su alegría por la bendición del Papa Francisco, y dejó ver una evidente emoción por el relevante momento que significa para el monumento de fe enclavado en el puerto de Coquimbo y en todos sus habitantes, la instalación de la Puerta de la Caridad.