Enfermedades

Preocupante: Científicos vinculan enfermedades cerebrales con dos químicos que están en tú hogar

Según científicos, entender cómo las personas interactúan con ciertas sustancias químicas podría esclarecer la aparición de trastornos neurológicos, incluyendo la esclerosis múltiple y similares.
martes 26 de marzo de 2024

Un nuevo estudio asoció el contacto con dos compuestos químicos muy habituales en productos y artículos de cualquier hogar al daño en unas células específicas del cerebro (oligodendrocitos) que da lugar a enfermedades cerebrales como la esclerosis múltiple o los trastornos del espectro autista.

La investigación, fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Case Western Reserve, en Cleveland (Ohio) y especialistas de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés).

Los problemas neurológicos afectan a millones de personas, pero solo un determinado porcentaje de los casos puede atribuirse exclusivamente a la genética, lo que indica que hay factores ambientales desconocidos que contribuyen de forma importante a las enfermedades cerebrales.

¿Cuáles compuestos domésticos habituales?

Partiendo de la premisa de que no se ha estudiado suficientemente a fondo el impacto de las sustancias químicas en la salud cerebral, los investigadores analizaron más de 1.800 sustancias químicas a las que pueden estar expuestos los seres humanos en su vida cotidiana.

Entre ellas, identificaron dos tipos de sustancias químicas, los retardantes de llama organofosforados y los compuestos de amonio cuaternario, con un efecto dañino para los oligodendrocitos, un tipo de células especializadas del cerebro que generan el aislamiento protector alrededor de las células nerviosas y de la médula espinal.

Dado que los compuestos de amonio cuaternario están presentes en muchos productos de cuidado personal y desinfectantes, que se utilizan con más frecuencia desde que comenzó la pandemia causada por la COVID-19, los seres humanos están expuestos regularmente a estas sustancias químicas.

Por su parte, los retardantes de llama organofosforados se agregan a materiales como plásticos, textiles, acabados de superficies y revestimientos y están presentes en todo tipo de artículos del hogar desde productos electrónicos a muebles.