Pretenden cambiar la cancha del Francisco Sánchez Rumoroso

La administración del recinto deportivo anuncia que para el 2017 presentarán un proyecto del orden de los 200 millones de pesos que llevaría al recambio total del césped del recinto deportivo, que se construyó con ocasión del Mundial de Fútbol Sub 20 Femenino en el 2008

El día que la televisión transmitió los encuentros de Coquimbo Unido ante Colo Colo y la Universidad de Chile, separados apenas por 72 horas, quedó en evidencia que el césped del estadio Francisco Sánchez Rumoroso tiene un problema mayor, por sobre su mantención o de quienes estén a cargo de su cuidado. Los días finales del mes de junio, con los equipos en proceso de pretemporada y el estadio, en proceso de cuidado luego que sus puertas se cerraran en mayo pasado, permitió certificar la facilidad que tiene un sector de la cancha en destruirse. 

 

INTENTOS DÉBILES

Los intentos por su mantención se han visto frustrados, débiles. Los administradores lo reconocen hoy y la empresa a cargo precisa que el estadio porteño tiene una zona crítica que está por sobre las inversiones. El sentido común de quienes están en las graderías orienta la crítica hacia los responsables de su mantención, que a su vez, ven con preocupación cómo el tiempo transcurre inexorable, resultando inevitable mantener saludable una zona que no tiene espacio para germinar y que en una cancha de pasto es la perdición. Y si la molestia se generaliza al ver que la cancha después de meses sin uso vuelve a lucir raída, más se generaliza el malestar cuando se enteran que con ocasión del Mundial de Fútbol Sub 17 del año pasado, el CORE destino cerca de 800 millones de pesos para mantención del recinto (ver recuadro), pero ningún peso fue a dar al pasto, a la resiembra  o al regadío.


Si buscar responsables parece ser lo indicado a ocho años de su construcción, es imposible a estas alturas. La solución está al alcance de la mano. Cambiar su actual carpeta por una nueva que requiera de muchos millones de inversión y de un tiempo de para, que pocos en el puerto están preparados para aceptar.


Para el administrador del recinto, Osvaldo Mosquera, desde mayo a la fecha se han realizado (con ocasión del término de la competencia oficial en el fútbol profesional donde toma parte Coquimbo Unido) una resiembra en el sector sur del recinto, cambiando la tierra mala por una dulce con la siembra respectiva, "ya que de esa manera llegará en mejores condiciones al comienzo del Campeonato Oficial”, asegura.


Explica que ese sector que apunta hacia el hospital San Pablo, en su compacto, está mal hecho.

“Hemos encontrado mucha piedra y a su vez la tierra esta como greda por lo que no permite que salga el pasto.  Estamos trabajando en ese proceso de cambio de tierra para mejorar esa parte. Se está haciendo un trabajo bastante mayor”, puntualiza el funcionario.


Lo anterior lo refrenda el administrador de contratos Zona Norte de Parques Johnson, empresa a cargo de la mantención del estadio, Rodrigo González, quien precisa que es raro lo que ocurre en la carpeta de fútbol, ya que la zona norte del estadio no presenta problemas, “pues frente a esto uno saca la conclusión de que la cancha no se hizo bien desde el principio”.


En los últimos cuarenta días los trabajos se han concentrado en la resiembra y verticorte, con el fin de recuperar el lado sur. “Ese lado siempre se presenta con sectores más ralos. Ahí hay un problema del origen de la cancha que genera una capa de exceso de materia organica que termina matando el pasto y que para poder combatir requiere de trabajos bien específicos como aislaciones, fertilizaciones con productos que no aporten materia orgánica y controlar bastante el uso”, recalca el profesional.


Sentencia que esto genera “que las zonas que están con este black lager (nombre técnico) termina generando zonas ralas, no así problemas de jugabilidad que la pelota corra o genere problemas a los jugadores, sino problemas estéticos que el pasto no está y se vean zonas con tierras”.

MANTENCIÓN PROPIA

Mosquera destaca que ellos destinan unos 50 a 60 millones de pesos municipales para el cuidado y mantención de la cancha, asumiendo que “los terrenos no están aptos. Con diagnóstico previo sabíamos que esto pasaría y todos los trabajos que se han hecho han sido según las indicaciones de los ingenieros agrónomos de Parques Johnson”, replica.


Consultado por la rapidez en el deterioro del recinto tras los largos meses de cuidado y detención en el 2015 con ocasión del Mundial de Fútbol Sub 17, el administrador consignó que para esa fecha se hizo un trabajo en otras zonas del estadio.

“No nos dedicamos a la cancha, porque no había recursos para ese ítem. La cancha se trabajó con presupuesto del año pasado y muy poco recursos, pensando en los partidos del Mundial”.


En Parques Johnson no son muy partidarios que la cancha tenga que hacerse de nuevo, aunque en la administración consideran que esa puede ser una vía para lo cual estudian presentar un proyecto próximamente.


Rodrigo González considera que si logran controlar el uso, mejorar las aleaciones de la cancha y cumplir con los verticortes mensualmente, se puede mantener la cancha. “Con eso y con una dos resiembras en el año se debe controlar. Es una cancha complicada la de Coquimbo, pero la encuentro bien fiel. Un buen trabajo, buena resiembra, la cancha se recupera como la que tuvimos para el Mundial Sub 17. Esa vez hicimos un verticorte, resiembra y fertilización. Se mejoró bastante con ese trabajo específico, además que trajimos maquinaria para el marcado de la cancha y para aplicaciones de un fertilizante que mejora el color. Por eso tuvimos una cancha que se lució bastante bien”.

CAMBIAR LA CARPETA.

Frente al futuro de la cancha, Rodríguez, considera que puede resultar prematuro tomar alguna determinación, “claramente para uno es más fácil decirle al cliente que haga la cancha de nuevo con 100 por ciento bermudas y resiembra cada dos años, pero con buen manejo y buena práctica se puede mantener la cancha en un estándar adecuado para las exigencias de ahora”.


Para Mosquera, en tanto, para tener una cancha óptima 100 por ciento, se requiere de un trabajo mayor.

“Estamos postulando un trabajo para el próximo año de cambiar la cancha completa. Estamos  hablando de una inversión de 200 millones de pesos, que significaría cambiar la tierra, rellenos, hacer todo de nuevo y cambiar el sistema de riego que data del 2008. Por mientras hay que estar realizando estos trabajos que permiten celebrar estos procesos, lo otro es una cirugía mayor la que pretendemos concretar”.