por la décima fecha

Coquimbo Unido logra importante triunfo de visita sobre Evertón

El mediocampista del aurinegro anotó uno de los goles más bellos de la temporada en la victoria de los pupilos de Esteban González por 1-2 sobre el cuadro viñamarino. Sebastián Cabrera, convirtió el tanto final del triunfo.

Ya lo bautizaron como “Crackbral” al volante de Coquimbo Unido, Luciano Cabral, autor en la tarde viñamarina de ayer, de uno de los goles más hermosos de la temporada 2024 en el fútbol chileno y que estará en el ranking de los mejores del año, Sin duda.

Una tijera en el aire, acomodando el cuerpo ante el centro de Dylan Escobar, a los 50’ minutos, que se coló en el ángulo superior izquierdo del portero Ignacio González, que con su estirada le dio mayor hermosura a la acción, permitió al equipo Pirata tomar el control del encuentro que disputaban ante Everton de Viña del Mar en el Estadio Sausalito.

El planeta fútbol de Chile y en el campo internacional, aplaudieron el golazo del mediocampista, quien atraviesa por un gran momento y podría ser considerado por el técnico Ricardo Gareca, en un futuro llamado a la selección que se preparará para la Copa América.

El nacido en Mendoza, Argentina, coronó de esa manera una nueva y soberbia actuación, en un partido que entraba en calor en la segunda fracción, luego de una etapa inicial pareja, con varias oportunidades de convertir en ambos arcos.

Si el 10 del barbón acaparó las miradas de admiración tras su hermoso tanto, en la primera media hora de juego, fue su compañero Diego Sánchez, quien se encargó de ahogar el grito de gol ruletero al contener un remate a corta distancia de Matías Campos López y luego un cabezazo del mismo atacante.

Everton, entendiendo del desgaste de los Piratas que el miércoles enfrentaron a Racing de Avellaneda por la Copa Sudamericana, asumieron el control, generaron un juego de mayor movilidad por las bandas, complicando a los marcadores, sin embargo, no lograron establecer superioridad. Perdonaron al equipo de Esteban González, que sobre el final de esta etapa, comenzó a soltar sus amarras, una vez que tenía controlado el mediocampo local. Cargó sobre el arco de Ignacio González, quien realizó una gran intervención a los 39’ para evitar el tanto de Benjamín Chandía que le ganó un cabezazo a su marcador tras un centro de Andrés Chavez.

De regreso, Coquimbo siguió creciendo. Adelantó sus líneas y visitó a González con mayor frecuencia, fortalecido y empujado por un mediocampo que se sintió dueño de las acciones.

El gol, perdón, el golazo de Cabral, encontró a siete hombres negro amarillos en campo evertoniano. El volante se descolgó sin marcas, las que arrastró Chávez, para meter ese derechazo imposible de contener y de imaginar. Oleo sobre tela.

Maravillados y asombrados, Coquimbo se mantuvo inalterable, sólido e intuitivo respecto de las propuestas del dueño de casa. No se detuvo en su accionar hasta que Chávez, a los 78’ malogró la oportunidad de darle la lápida al compromiso en un mano a mano ante González, que controló el golero local.

Gol perdido en un arco, dicen, se hace en el otro. En efecto, Bruno Betancor, logró ganarle a los centrales Piratas en un balonazo largo que salió de los pies de Felipe Villagrán, para establecer la paridad con un certero cabezazo a 10 minutos del final.

Si el partido respondió a los altos estándares de dinamismo y propuestas ofensivas, Coquimbo, que había buscado pierna de refresco con los ingresos de Sebastián Cabrera, Alejandro Azócar, liquidó a los pupilos de Esteban Solari, con una segunda estocada, en los pies del zurdo Cabrera, quien aprovechó una habilitación del zaguero Manuel Fernández, para vencer a González, con un suave y colocado remate a la derecha del portero.