"Pelearemos el ascenso"

El técnico de Coquimbo Unido le tiene mucha fe a sus pupilos, que clasificaron en calidad de invictos en el Grupo 2 de Copa Chile. Y ahora espera ganar el clásico y el sábado buscará su primera victoria del torneo nacional ante San Felipe.
"Pelearemos el ascenso"
"Pelearemos el ascenso"

Las cosas pasan a veces por casualidad, pero también hay personas que buscan y se preparan para que esos hechos sucedan, tal como fueron idealizados. Y Víctor Hugo Castañeda integra la lista de estos últimos. Cuando aún era futbolista de la Universidad de Chile, de aquel equipo que lograba títulos en la década de los noventa, Castañeda ya trazaba su futuro y en las imágenes que proyectaba su mente se empezaba a vislumbrar la de director técnico.

Pasaron los años y ese momento llegó. Y Castañeda dio señales de que estaba listo para el reto: los desafíos son lo suyo. Asumió en la Universidad de Chile en 2002, tras integrar el cuerpo técnico de la Roja junto a Nelson Acosta y Gustavo Huerta en el  Mundial de Fútbol de Francia 1998 y de un breve paso dirigiendo a las categorías inferiores del conjunto azul.

Y claro, con todos los problemas que por ese entonces se presentaron, en el plano futbolístico no le fue bien. En un principio pensó que sólo sería el DT, pero ciertamente, por la realidad de la institución, que en ese entonces vivía, tuvo que ser mucho más que eso para los jugadores, porque rearmó el equipo con una base de jóvenes, entre ellos Mauricio Pinilla y José Rojas, y sólo tuvo un respiro con la contratación del crack colombiano Faustino Asprilla.

Así y todo, el andar de Universidad de Chile fue aceptable. Pero llegó su adiós y también el momento de buscar nuevos horizontes. Pasó un breve tiempo y la historia ya es más menos conocida: Deportes La Serena, Concepción, Everton y hoy Coquimbo Unido. Sin embargo, además de las estadísticas, que por lo demás lo avalan, impuso un estilo de juego con el que el hincha se identificó, demostrando ojo clínico para reforzar el equipo y sacarle brillo a futbolistas que estaban opacados, como en el granate, con Gustavo Canales y Marcelo Díaz, por ejemplo.

 ¿Algo ha cambiado desde entonces, don Víctor?

“Uno va madurando, va aprendiendo cosas, a resolver situaciones de imprevistos, de una forma casi más automática y sin pensarlo mucho, eso básicamente. Porque los conceptos futbolísticos son los mismos. Me gustan los equipos que sean agresivos, que traten de recuperar luego la pelota, que lleguen al arco rival en la menor cantidad de toques posibles…”.

¿Algún técnico que lo haya marcado?

“De todos los técnicos uno aprende, de lo que tienes qué hacer y no tienes qué hacer. Tuve la suerte de tener muy buenos entrenadores, comenzando por don Gustavo Cortés, que me hizo debutar. También el “Lulo” Socías, que lo tuve en la U y donde tuve una buena relación, porque conversábamos mucho de los partidos, en la banca o en la semana. También aprendí mucho de Manuel Pellegrini cuando me dirigió en Palestino. Con Miguel Ángel Ruso igual, a preparar el partido de acuerdo al rival que viene…La verdad es que de todos uno va sacando lo mejor”.

De todos los entrenadores que tuvo aprendió, lo mismo que en los clubes, ¿Pero pensó que en Coquimbo Unido le iba a costar tanto cuando llegó?

“No pensé que al llegar a Coquimbo me iba a costar tanto. La verdad es que no. Cuando llegué el equipo tenía un 18% de rendimiento, lo que era muy poco, y nosotros terminamos con 45%, que fue en la segunda ronda, aunque siempre estuvimos penúltimos. Sin embargo, pese a todo lo complicado que vivimos, tengo que reconocer que la gente me trató con mucho cariño, con mucho respeto. Me demostró su afecto la gran mayoría, y yo me sentí hasta culpable, porque se culpaba a los jugadores. Pero eso a uno lo compromete mucho para hace mejor las cosas y este año tratar  de entregar lo mejor de cada uno para sacar un buen rendimiento y ojalá poder conseguir, después de mucho tiempo, algo importante para el club”.

¿Ese algo importante es el ascenso?

“Lo vamos a pelear. Yo creo que nadie puede decir que va a conseguir el ascenso, ya que en este campeonato, no si en los otros, porque no me gustan mucho las comparaciones, existen fácilmente siete equipos que estarán peleando el objetivo, pero sólo dos lo conseguirán y los demás fracasarán, así que ojalá que nosotros podamos estar dentro de los dos. Sabiendo que tenemos un plantel en formación. Otros equipos ya lo tienen y les será más fácil. Aunque para el club es un torneo de transición, eso no implica que vamos a pelear hasta el final. Porque pasar de una administración a otra, con situaciones que tienen que acomodarse, cuesta un poco, pero nosotros la vamos a pelear. Deberíamos estar ahí”.

Don Víctor, jurando con la mano en la Biblia, ¿llegó a pensar en el descenso cuando el equipo estaba penúltimo y los resultados no se daban?

“Nunca pensé en eso, pero hubo momentos muy complicados, muy tensos diría yo, donde el ambiente no era de los mejores. Y creo que el partido con Magallanes fue un partido tenso, donde el ambiente se cortaba con un cuchillo. Algo raro había y más encima Magallanes, venía de ocho fechas sin marcar un gol, nos hace uno a los 20 minutos con un error nuestro. Fue un momento complejo, porque se sentía, pero la verdad es que el equipo mostró temple, la gente en ese momento cambió su actitud, comenzó a apoyar y el equipo dio vuelta el resultado y fue fundamental para que poder mantener la categoría”.

¿Fue clave La Pampilla en la salvada?

“Se dio por una casualidad, por una cuestión de que no se podía ocupar el estadio Francisco Sánchez Rumoroso, pero la verdad es que La Pampilla fue fundamental, porque acá no hay que olvidarse que le metimos cuatro al equipo que subió, le metimos cuatro al que salió segundo y donde la presión que había era para todos, para los rivales y principalmente para nosotros. La presión era grande y los muchachos aprendieron a jugar de esa manera, principalmente porque en algún momento nos había costado mucho asimilarla. Y es cierto, la cancha en mal estado nos complicó, pero al final nos terminó favoreciendo. La conocemos, sabíamos cada uno de los baches que tenía y a equipos que jugaban también como San Luis les pasó la cuenta. A San Felipe lo mismo. Creo que le supimos sacar buen provecho”.

Pero tampoco es normal jugar en una cancha en mal estado…

“La cancha está como está y nosotros no podemos seguir quejándonos, es lo que hay y tenemos que adaptarnos de la mejor forma posible para todo. Llorar no sirve de nada. No obstante, esta nueva administración, que están claros con el tema, por lo demás, es que traten de poner unas lucas para tratar de mejorar la cancha. De hecho está menos mala de lo que estaba el año pasado”.

¿De no haber llegado esta administración habría seguido dirigiendo a Coquimbo?

No si la planilla de este año es menor que la del año anterior, ya que no me meto mucho en eso, pero lo que pasa es que ahora tuvimos acceso a jugadores que el año pasado nos costaba mucho, como el préstamo y una serie de situaciones que el club no estaba en condiciones. Pero claro, estuve en algún momento muy complicado para no seguir cuando había una incertidumbre y no sabíamos que pasaba en la institución. Aunque yo tenía un compromiso con el presidente del club y con el presidente de la comisión de fútbol. No me iba a ir, pero tenía muy claro que la gente en este torneo no iba a perdonar que no hiciéramos el esfuerzo para traer jugadores y así poder pelear el ascenso, sabiendo que la frustración que trae la gente es muy grande, porque con Lucho Musrri y Carlos Rojas el equipo estuvo a punto de subir y no lo logró hace un par de temporadas. Entonces la gente quedó frustrada y ya no está para pasar por una situación de ese tipo nuevamente, puesto que cada vez tiene menos paciencia. Pero con este equipo creo que la gente está con la ilusión y esperemos responder a ella. Y es porque los mismos muchachos han generado esa expectativa en la gente”

¿Y cuándo veremos a la maquinita funcionando al cien?