Fútbol para todos: cuando la integración vale más que meter goles

Los Pumas de Pan de Azúcar es un club deportivo que incorpora, en su mayoría, a inmigrantes haitianos. Con los valores institucionales claros, donde destacan la empatía e integración, su representante legal destaca que incluir en su nómina jugadores de Haití ha sido un desafío, pero que ello genera grandes satisfacciones.
martes 29 de mayo de 2018

En el fútbol no siempre gana quien mete los goles o quien termina obteniendo los buscados tres puntos de un partido, no al menos para Los Pumas de Pan de Azúcar. Para ellos, lo importante es jugar, divertirse y aprender cada día más para que algún día lleguen los resultados favorables.

Y es que el club en su categoría Honor, que lleva bastantes goles en contra y ninguno a favor, tiene una particularidad que no tiene ningún otro equipo en el torneo de fútbol amateur de Pan de Azúcar: la inclusión de inmigrantes haitianos. El club nace en el año 2005, pero no se había constituido como club deportivo, sino que solamente la personalidad jurídica. En ese tiempo, se tenía contemplado el proyecto de armar una academia de fútbol infantil, pero nunca llegó a puerto. Sin embargo, el año pasado se pudo concretar la idea, pero con un gran cambio: ya no sería una academia, sino un club cuya inclusión seria el estandarte.

Francisco Leyton es el nombre de quien en base a sus vivencias quiso integrar a extranjeros al club. El representante legal de la institución cuenta que haber vivido en su juventud en Argentina le hizo darse cuenta que incorporar a inmigrantes es clave para generar una cultura en la sociedad que no discrimine y acepte a las personas que llegan a otro país en búsqueda de nuevas y mejores oportunidades.

“Trabajo principalmente con haitianos porque son la población que más ha ingresado a Chile en el último tiempo. Además, son los que tienen más problemas con el idioma por lo que aumenta el índice de discriminación hacia ellos, e integrarlos al deporte hace que se despojen de todas estas preocupaciones”. 

EL IDIOMA NO SEGREGA

Leyton cuenta que “la mayor dificultad de trabajar con ellos es el idioma”, pero que han sabido utilizar la tecnología para que este problema no sea impedimento para comunicarse. 

“Ellos juran que hablo francés”, añade entre risas, explicando cómo logran entenderse entre las partes.  Y es que utilizan la plataforma de mensajería instantánea WhatsApp en la cual tiene incorporado un traductor del romántico idioma, posibilitando el entendimiento.

Hay que recordar que los haitianos hablan creole, lengua criolla que tiene una gran similitud con el francés. 

Sin embargo, un grupo de jugadores chilenos que son parte de Los Pumas cuenta que se comunican de otra forma cuando se disputa un partido. Manifiestan que entre todos los haitianos hay dos que hablan bien el castellano y que son ellos los que se encargan de transmitirles a sus compañeros las indicaciones que se les da afuera del campo de juego.

CUANDO LA EXPERIENCIA VA DE LA MANO CON LA SATISFACCIÓN      

Parte del grupo de jugadores chilenos son José Manuel, Óscar, Alberto, Richard y el mismo Francisco Leyton. Entre ellos comentan que la experiencia de convivir y jugar al fútbol con haitianos les ha servido para unirse, porque según cuentan “ellos son más de piel, muy unidos y se nota que se apoyan fraternalmente unos con otros”, recalcando que ha sido una experiencia “realmente muy linda”.

El convivir con inmigrantes también les ha enseñado a los compatriotas sobre humildad y esfuerzo “porque a pesar de que no sean tremendos jugadores, cada día se esfuerzan más para superarse. Y eso uno se da cuenta en los entrenamientos, donde siempre sonríen y muestran entusiasmo. Ellos siempre muestran disposición y compromiso”.    

Y por supuesto, no puede dejarse de lado lo que el intercambio cultural les ha hecho, ya que gracias a este les ha permitido que entiendan la realidad que viven y por eso mismo, pueden dar sus palabras que han empatizado mucho acogiéndolos como lo merecen. 

Francisco Leyton se suma a las palabras de sus compañeros y enfatiza que “la mayor satisfacción es que ellos se sientan felices, así como nosotros los vemos todos los fines de semana correr tras la pelota”. Agregando que ver a Los Pumas compartir sanamente es lo que más le llena de orgullo para seguir adelante con este proyecto.

José Manuel, Óscar, Alberto, Richard y Francisco están muy de acuerdo con que Los Pumas de  Pan de Azúcar más que ser un club deportivo, es una familia.

CONOCIENDO A UN PAR DE PUMAS

Samcyr Widelain tiene 30 años y Pierre Joglet 29, llevan 8 y 7 meses en Chile respectivamente; mientras  el primero juega de defensor, el segundo es el encargado de distribuir el balón en el mediocampo. 

Llegaron al país en condición de turistas para observar cómo estaba la situación laboral ya que en Haití “existe una crisis política que hace que falte trabajo”, señaló Widelain, explicando también que este es el principal motivo por el cual muchos de sus compatriotas se encuentran en suelo chileno. 

Ambos dicen extrañar mucho a sus familias, pero piensan quedarse acá porque se sienten seguros y “muy bien acogidos”, siendo que lo único que no les gusta es el frío. Tanto Samcyr como Pierre son casados, pero “lamentablemente” no pueden estar con sus amadas, sin embargo, se comunican a diario por WhatsApp con ellas y con sus madres.

Enfatizan en que quieren quedarse en el país, pero que en algún momento tienen la intención de regresar a Haití a visitar a sus familias por un corto período, y en eso, ver la posibilidad de regresarse con sus novias. Comentan que intentarán convencerlas, “pero el frío será un impedimento importante, es el único problema de Chile”. 

En Haití estaban acostumbrados a jugar al fútbol, pero cuentan que no lo hacían en canchas propicias para eso como ahora, sino que jugaban en la calle con los amigos.

Con respecto a sus gustos futbolísticos, lo que más les gusta de este deporte es pegarle lo más fuerte posible al balón como lo hacía el brasileño Roberto Carlos.

Mientras Samcyr se compara con sus ídolos del Real Marid como Casemiro, Modric y Kross, Pierre lo hace con Neymar del PSG. Los haitianos se sienten identificados con ellos porque son los ejemplos que siguen para mejorar partido a partido.  

En relación al sentimiento que tienen jugando fútbol, expresan que sienten “felicidad plena” ya que pueden olvidar todos sus problemas mientras lo hacen. Además, señalan que en Los Pumas “todos somos amigos” y que gracias al ambiente de compañerismo que viven a diario han podido también aprender mucho sobre la cultura social en la que han llegado para ser parte, para ser uno más.

Les preguntamos a todos juntos quienes son mejores: si los chilenos o los haitianos. Y aquí no hubo mayores discrepancias, pero sí factores que sin dignos de considerar. 

En la categoría de honor juegan haitianos desde los 20 hasta los 38 años. Actualmente compiten en el Campeonato de Pan de Azúcar, donde han jugado
4 partidos, los han perdido todos y en ninguno han metido goles. Sin embargo, para ellos lo importante es disfrutar y aprender cada día más.

Chile Vs. Haití

“Obvio que nosotros”, manifestaron entre risas compasivas los nacionales, explicando que los chilenos saben jugar a la pelota y que los haitianos, en cambio, son como los niños chicos, donde vaya la pelota, van todos tras ella”. Pero hacen la salvedad que “los primeros partidos han sido difíciles, pero que están mejorando de a poco”.

Sin embargo, cuentan que hay que admirar la condición física que tienen los amigos inmigrantes “porque uno solo corre como diez chilenos y son sorprendentemente rápidos”.

Samcyr y Pierre en respuesta a sus compañeros fueron categóricos y señalaron que, a nivel de selección, Chile es mejor, “pero nosotros ponemos la pasión y ustedes la técnica”, al fin de cuentas, un complemento.