Aunque aumenta brecha de género

Ingreso medio mensual en la región supera los $600 mil

Según la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2021, elaborada por el INE, la región presenta uno de los ingresos promedio más bajos del norte del país, siendo inferior al promedio nacional que alcanzó los 686 mil pesos.
sábado 23 de julio de 2022

Durante el año 2021, el ingreso laboral promedio de la población ocupada en la Región de Coquimbo fue de 603.089 pesos mensual, cifra que considera el ingreso bruto menos los descuentos por previsión y salud.

En tanto, el ingreso mediano, es decir, el que recibe una persona representativa de la mitad de la población, llegó a 405.348 pesos al mes. En otras palabras, el 50% de quienes trabajaron en la región en 2021 percibió ingresos menores o iguales a ese monto (ver gráfico Ingreso medio y mediano mensual real de las personas ocupadas, 2017 – 2021).

Estos son algunos de los datos más relevantes que se desprenden de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2021 que el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, publicó este jueves, y que fue aplicada en el trimestre octubre-diciembre del año pasado con el objetivo de caracterizar los ingresos laborales de las personas ocupadas, a nivel nacional y regional.

Es así como en dicho periodo se observa una mejora del ingreso promedio de la zona respecto a igual periodo de 2020, cuando dicha cifra alcanzó los 525 mil pesos.

No obstante, si comparamos el promedio regional con el promedio a nivel país, veremos que la zona está un 11% más debajo de este, el cual alcanzó un total de 681 mil pesos (ver gráfico Ingreso de Personas Ocupadas 2021).

No es lo único, pues el estudio revela que en términos de comparación con otros territorios, la Región de Coquimbo es una de las zonas del Norte del país, con los ingresos más bajos, superando únicamente a la Región de Arica-Parinacota.

Por el contrario, el ingreso promedio local supera a las cifras que muestran las regiones de la zona centro-sur de Chile – desde O’Higgins hasta Los Lagos – ninguna de las cuales, llegan a los 600 mil pesos de salarios promedio.

Una de las lecturas que se desprende de la encuesta, sin embargo, es que el ingreso promedio en la región no se reparte de igual manera entre hombres y mujeres. Incluso para estas últimas, los salarios han ido perdiendo su valor.

Así, en 2021, los ingresos medio y mediano de los hombres se ubicaron en 686.112 pesos y 456.016 pesos, respectivamente, mientras que en las mujeres estos alcanzaron los 482.734 y los 374.947 pesos, en cada caso. Lo anterior implica una brecha de -29,6% en el ingreso medio en desmedro de las mujeres.

Al respecto, Pablo Pinto, director de la Escuela de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Norte, señaló que éste “es un dato muy significativo que muestra, fundamentalmente, qué gran parte de problema que enfrentó el mercado regional durante la pandemia, lo sufrió fundamentalmente el segmento de las mujeres, en donde tendieron a bajar. En cambio, los hombres tendieron a aumentar sus ingresos, incluso comparativamente sobre el promedio nacional”.

De hecho, entre los periodos de octubre y diciembre de 2020 y el mismo periodo de 2021, el ingreso de las mujeres creció apenas un 2,5%, pero en términos reales, vieron un retroceso de su capacidad adquisitiva, pues la inflación para ese mismo periodo fue del 7,2%. Es decir, “casi perdieron 5 puntos de ingresos reales respecto de la situación del año 2020”, explicó Pinto.

En lo que respecta a los sectores económicos, lo primero que llama la atención es el liderazgo de la minería, en cuanto a ser la actividad productiva, con los salarios promedio más alto de la región, bordeando los 990 mil pesos.

Aquella realidad, sin embargo, convive con otros sectores productivos que en la región siempre han manejado cifras de ingresos promedio relativamente bajos, pero que a la vez, son algunos de los rubros que generan mayor cantidad de empleos.

Es el caso del sector silvoagropecuario y pesca, cuyo ingreso promedio alcanza los 376 mil pesos, monto que representa un 20% menos respecto al promedio regional. Pero además, la industria manufacturera, el comercio y el área hoteles y restaurantes, también se ubican bajo el promedio de la región.

“Esto indica que los niveles de productividad de estos rubros son relativamente bajos y las ofertas que obtienen los trabajadores que laboran en ese sector son de menor cuantía respecto a otros sectores que pueden tener mayor productividad, como por ejemplo, la minería, la construcción y las actividades inmobiliarias, e incluso la administración pública”, indica el académico Pablo Pinto.

Para el académico de la UCN existen, sin embargo, algunos puntos que revela la encuesta que merecen ser tomados en cuenta por la autoridad y sobre todo, por las políticas públicas.

Uno de ellos dice, tiene que ver con la cantidad de ocupados que existe en la región, que llegan a las 337 mil personas – 201 mil hombres y 136 mil mujeres - , cifra que está bajo los promedios históricos. 

“Es casi un 10% bajo el promedio que la región tenía habitualmente en términos de ocupación, que bordeaba las 380 mil personas. Con el crecimiento vegetativo debiese haber llegado a una tendencia de alrededor de 400 mil personas. Eso muestra un rezago muy fuerte en el mercado laboral en relación con la ocupación”, explica.

Otro elemento a considerar, agrega, es el ingreso promedio tanto de hombres como de mujeres en el sector informal (casi el 30% de la fuerza de trabajo), el cual es casi un 50% inferior respecto a los ingresos del sector formal.

“En promedio, en el sector formal, los hombres reciben del orden de los 800 mil pesos y en el sector informal, 385 mil pesos. En mujeres, el sector formal recibe del orden de los 575 mil pesos, pero en el sector informal, reciben 243 mil pesos. Es decir, vemos un 58% de diferencia entre el sector formal e informal para mujeres, y 52% para hombres”, comenta el académico.

Ante esta realidad, Pinto sostiene que se requieren políticas públicas que apunten a la formalización de los empleos, pues a los mejores salarios, se suman otros beneficios como seguro de cesantía y seguridad social. “Esto tiene que ser una política central”, expresa.

Finalmente, aún se mantiene una diferencia muy sustantiva entre los ingresos promedio según nivel educacional. Por ejemplo, la población ocupada con Educación Básica Completa o Incompleta recibe sueldos que no alcanzan, en algunos casos ni al 50% o al 60% de los ingresos que perciben personas de nivel técnico superior y por cierto, respecto a aquellas con Educación Universitaria Completa.

“Eso habla de que gran parte de los esfuerzos públicos deben apuntar a completar los estudios, pero además a la capacitación, para entrar a sectores de la actividad económica más productivos y también para mejorar las expectativas de ingreso que les permitan enfrentar todo lo que es la demanda de gastos en una economía que va a entrar probablemente en recesión, pero que además, sufre una espiral inflacionario que golpea fuertemente el poder adquisitivo de las familias más vulnerables”, puntualizó.