"Es posible que la crisis nos ayude a reflexionar sobre la libertad y transparencia"

El poeta y trovador cubano concedió una entrevista única desde los estudios Ojalá, en La Habana, a la que tuvo acceso El Día. En el marco de la promoción de un inédito disco, que ya está disponible en las plataformas digitales, se dio un tiempo para entregar detalles de su creación y analizar cómo cree que cambiará el mundo post pandemia.
sábado 13 de junio de 2020

En medio de la crisis sanitaria que afecta al mundo entero, el trovador Silvio Rodríguez sorprendió con un nuevo disco, producción que por primera vez en su carrera fue lanzada solo en plataformas digitales. El trabajo se encuentra disponible desde ayer en Spotify y YouTube.

El álbum titulado “Para la espera” contiene 13 canciones grabadas entre 2010 y 2020, todas compuestas e interpretadas por el cantautor cubano. De ellas, 10 son inéditas y tres han sido escuchadas anteriormente, hablamos de “Jugábamos a Dios”, “Viene la cosa” y “Noche sin fin y mar”.

En tiempos difíciles, el músico dedica la obra a un grupo de “amigos y excelentes creadores” que han fallecido entre marzo y abril. En él honra la memoria de Tupac Pinilla, Juan Padrón, Luis Eduardo Aute, César López, Luis Sepúlveda, Marcos Mundstock y Óscar Chávez.

Lejos de sus tradicionales conciertos en los barrios, una de las cosas que más extraña en época de coronavirus, el poeta caribeño pasa sus días de confinamiento escuchando música antigua, de cámara y sinfónica. El trío británico “Emerson, Lake & Palmer” encabeza la lista de favoritos.

Escapando de la rutina, Silvio Rodríguez concedió una entrevista desde los estudios Ojalá, en La Habana, a la que tuvo acceso El Día. En el marco de la promoción del disco, se da un tiempo para entregar detalles de su creación y reflexionar cómo cree que cambiará el mundo tras la pandemia.

Algo casual

Sobre el inédito álbum, el trovador comenta que “está hecho de canciones, que aunque haya sentimientos afines, son muy distintas entre sí, y eso es algo que me complace. Eso y que no hay violencia. Son canciones introspectivas, suavecitas; aunque nunca me gustaron las canciones bonitas”.

Respecto al proceso creativo, cuenta que se dio de manera casual. “Yo no me propuse hacerlo, son temas que han nacido tomando nota en el estudio, como ensayos que yo hago. Eran los que tenía grabados y más terminados como concepto”, confiesa el cantautor, quien antes de la crisis trabajaba en dos producciones.

“En el disco también hay canciones un poco raras, y hasta algo lúdico como ´Los aliviadores´, que es una canción familiar para mi hija Malva y mi nieto Diego. Ellos nacieron al mismo tiempo y se criaron con una relación más de hermanos que de tía y sobrino”, agrega.

Si bien nunca podría estar del todo alejado de la música, admite que en las últimas semanas no ha compuesto ni tocado guitarra. “La paso escribiendo, pintando, atendiendo el blog y disfrutando de mi familia”, señala. Las circunstancias son especiales y está consciente de ello, cuidándose junto a los suyos.

“Estamos mal hechos”

Al ser consultado sobre la vida después de la pandemia, Silvio Rodríguez es categórico. “Hay muchos pensadores de distinto calibre y tendencias reflexionando sobre lo que estamos viviendo. Yo personalmente no creo que el mundo vaya a cambiar mucho. Vamos a tratar de volver a ser nosotros, para bien y para mal”, asevera.

En esta línea, la voz de “Ojalá” y “Unicornio Azul” argumenta que “ya estamos mal acostumbrados y mal hechos, y hay muchos intereses con poder”, sin embargo plantea que “sí creo que es posible que todo esto nos ayude a reflexionar sobre la libertad y la transparencia”.

Respecto al rol que ha cumplido Internet en la emergencia, sostiene que “es una herramienta que lo ha cambiado todo, y también ha surgido en un mundo con muchas frustraciones. Yo creo que en efecto estamos viviendo el inicio de otra cosa”, que aún nos mantiene en la incertidumbre.

“Me necesito”

Hace más de 10 años que lanzó un blog personal, que incluye un foro de comentarios, plataforma que hoy en día “está en función del colectivo”, algo que agradece y le recuerda porque siempre se ha mantenido alejado de la política.  “No tengo lo que hay que tener para estar 24 horas dedicado al público”, reconoce.

Es sincero y asume que “me necesito, necesito tener rinconcitos propios para hacer lo que tenga ganas de hacer. Con los años uno cada vez más quiere hacer solamente lo que tiene ganas de hacer (…) nunca me gustó el público, los escenarios. Yo salí porque entendí que debía y porque quise hacerlo, y sí, puede que haya cogido algún vicio de eso”.

Explica que “uno era más joven y necesitaba probar cosas, probarse cosas, y eso está bien si uno tiene algo interesante que decir; pero tampoco es lo más grande, hay cosas mucho más grandes (…) el público es el que hace al artista; pero a la vez también hay grandes artistas sin mucho público, y personas que no son ni artistas y sí lo tienen”.

En este punto, destaca los conciertos que ha realizado en los barrios de Cuba, donde la gente no paga por un show, sino que se encuentra con el arte de manera natural y espontánea. “En ese sentido los barrios rompen esa dinámica de espectáculo, y es lo apasionante”, expresa.

“Ha sido tremendo”

En relación al título del álbum, cuenta que es una frase de la canción “Danzón para la espera”, que apunta al presente.

“Esa sencillez es la explicación. La portada la diseñé yo, con una fotografía de Daniel Mordzinski y tampoco tiene ningún significado especial. Los pies están ahí porque no me cupieron abajo. Existen cosas que parecen muy bien pensadas, que en realidad son accidentales”, aclara.

Lo concreto es que el trabajo está dedicado a siete amigos que murieron en los últimos meses por diversas razones.

“Ha sido tremendo. Tupac y Padroncito, los primeros en partir, fueron inmensos para mí. Tupac además era mi editor, una mente brillante, y Padroncito era mi amigo desde principios de los 60, en los tiempos del semanario Mella. César López, un referente de nuestra poesía y patriotismo; Luís Sepúlveda, un gran escritor y una persona maravillosa; Marcos Mundstock, un imprescindible de ese monumento a la inteligencia que es Les Luthiers; Óscar Chávez, un juglar mexicano, compañero de tantas buenas causas”, lamenta.

El gran músico y poeta, Silvio Rodríguez, concede que la nueva apuesta “tiene que ver con la muerte”, pese a que no es el tema central. “Por ahí pasa, de vez en cuando. Te vas a dar cuenta. Lo que sí te garantizó… es que el que hizo el disco está vivo”, concluye desde los estudios Ojalá, en La Habana.